El recogimiento

El recogimiento interior es fe y silencio en la presencia de Dios. 

Por eso te debes habituar a recogerte en su presencia con una atención amorosa, como quien se entrega y se une a Dios con reverencia, humildad y sumisión, mirándole dentro de ti mismo en lo más íntimo de tu alma, sin orden, modo ni figura, en vista y naturaleza general de fe amorosa y oscura, sin alguna distinción de perfección o atributo.

Allí estarás con atención y vista sencilla, con advertencia tranquila y lleno de amor a Dios, resignándote y entregándote en sus manos. Para que disponga y ordene de ti según su beneplácito, sin hacer reflexión de ti mismo, ni aún a la misma perfección. Allí cerrarás los sentidos, poniendo en Dios el cuidado de todo tu bien, con una soledad y olvido total de todas las cosas de esta vida.

Finalmente, la fe ha de ser pura, sin imágenes ni especies, sencilla, sin discursos y universal, sin reflexión de cosas distintas.

Miguel de Molinos. Guía espiritual

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