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Mostrando entradas de noviembre, 2019

Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento descubres que uno de los temas recurrentes es que la oración propiamente es la oración de Jesús, y que debemos aprender a participar en ella. Recitar la palabra sagrada, no es más que una forma de hacer guardia delante de tu corazón para que no puedan penetrar en él las cosas triviales del exterior, ni siquiera las menudencias de tus propios pensamientos y palabras, aun cuando sean piadosos y santos. Nada debe diluir esa corriente de oración que es el amor de Jesús por su Padre. Hemos de estar abiertos sin divisiones a ese amor, y el la palabra sagrada es como un perro guardián que custodia tu corazón. Por ello se te pide que aprendas a recitarla desde el comienzo hasta el final en cada sesión de oración. John Main. Una palabra hecha camino

Comprender las Escrituras

A continuación voy a describir brevemente cinco aspectos de la vida espiritual que considero esenciales: Comprender las Escrituras :  El rechazo de las sagradas escrituras por parte de mentes racionalistas cerradas es una de las peores heridas autoinfligidas de nuestra cultura. Sólo es igualado por la herejía contemporánea de una interpretación literalista, que es tan simplista como ciego es el enfoque racionalista. Recuperar el interés y el sentido espiritual de las Escrituras es una prioridad para el diseño de los programas educativos, pero requiere una re-estimulación de nuestras capacidades perceptivas, necesarias para despertarnos. Participar en la Eucaristía:  No sólo "acudiendo a la iglesia", sino compartiendo la koinonía (comunión eclesial) y el compañerismo del ritual místico que se realiza allí. Cada iglesia tiene su propio enfoque para la Eucaristía. Muchas personas consideran hoy en día los rituales religiosos carentes de sentido, sólo consideran beneficiosos aqu

El arte

El arte de la meditación se propone enseñarte la disciplina de la perseverancia, de la perseverancia diaria, de alguien que se compromete con una vida profunda, seria, plena. Es decir, se trata de ser alguien que rechaza la idea de que lo normal y necesario es vivir superficialmente. La meditación aumentará poco a poco tu disciplina y compromiso si te aferras a ella como un ejercicio diario. Además, la meditación te enseñará a renunciar a tu yo, a alzarte por encima de tus pensamientos y a despegarte de la idea que tienes de ti mismo, de tu vanidad, tus miedos y tus anhelos. Te llevará más allá de todo esto y de aquello que es mucho mayor de lo que puedes encontrar en cualquier análisis y en ese narcisismo que tanto valora nuestra cultura. Has comenzado a avanzar a través de la maleza del ego por el camino de la palabra sagrada.  John Main. Una palabra hecha camino

Hambre

Jesús siente hambre por nosotros, como nosotros sentimos hambre de él. Hermanos de la Palabra, esforzaos por descubrir que la palabra ha de encarnarse antes que nada en vuestra vida, viviendo siempre entre vosotros en el amor, en la unión, en la paz, la alegría; solo entonces estaréis con capacidad de entregarla a los espiritualmente más pobres, de comunicarla a aquel hombre que está sediento en el parque, absolutamente solo y embriagado. Teresa de Calcuta. Mis oraciones

Durante mi niñez

Durante mi niñez (que era menos de temer que mi adolescencia) no me gustaba estudiar, ni soportaba que me urgieran a ello. Pero me urgían, y eso era bueno para mí; y yo me portaba mal, pues no aprendía nada como no fuera obligado. Y digo que me conducía mal porque nadie obra tan bien cuando sólo forzado hace las cosas, aun cuando lo que hace sea bueno en sí. Tampoco hacían bien los que en tal forma me obligaban; pero de ti, Dios mío, me venía todo bien. Los que me forzaban a estudiar no veían otra finalidad que la de ponerme en condiciones de saciar insaciables apetitos en una miserable abundancia e ignominiosa gloria. Pero tú, que tienes contados todos nuestros cabellos, aprovechabas para mi bien el error de quienes me forzaban a estudiar y el error mío de no querer aprender lo usabas como un castigo que yo, niño de corta edad pero ya gran pecador, ciertamente merecía. De este modo sacabas tú provecho para mí de gentes que no obraban bien, y a mí me dabas retribución por mi pecado. E

Sí, día tras día, nos consagramos enteramente al cumplimiento perfecto de nuestros deberes espirituales, Él nos hará entrar gradualmente en una intimidad más profunda, en la que, incluso fuera del tiempo dedicado a la oración, no tendremos dificultad alguna para mantener una lúcida conciencia de Su presencia divina. Pero además, el habituarnos con diligencia la presencia de Dios mediante la fervorosa elevación de la propia alma hacia Él en medio de nuestras ocupaciones y en nuestros momentos de expansión, se verá recompensado con más abundantes gracias. Hemos de empeñarnos por vivir a solas con Jesús en el santuario interior de nuestro corazón. Teresa de Calcuta. Mis oraciones

Ahora

Ahora que la noche es tan pura, y que no hay nadie más que tú, dime quién eres. Dime quién eres y por qué me visitas, por qué bajas a mí que estoy tan necesitado y por qué te separas sin decirme tu nombre. Dime quién eres tú que andas sobre la nieve; tú que, al tocar las estrellas, las haces palidecer de hermosura; tú que mueves el mundo tan suavemente, que parece que se me va a derramar el corazón. Dime quién eres; ilumina quién eres; dime quién soy también, y por qué la tristeza de ser hombre; dímelo ahora que alzo hacia ti mi corazón, tú que andas sobre la nieve. Dímelo ahora que tiembla todo mi ser en libertad, ahora que brota mi vida y te llamo como nunca. Sostenme entre tus manos; sostenme en mi tristeza, tú que andas sobre la nieve.   Liturgia de las horas. Himno

Enciérrame

Enciérrame en tu voluntad, Dios mío, encarcélame en tu amor y en tu sabiduría, tráeme hacia Ti. Jamás haré nada cuando el motivo más imperioso para hacerlo sea únicamente mi propia satisfacción. Deseo tu voluntad y tu amor. Me entrego ciegamente a Ti. Confío en Ti. ¿Realmente deseas para mí la soledad? Entonces, condúceme a ella y purifica el proceder de mi voluntad y de mis deseos. Confío ciegamente en Ti. Quiero estar cerca de Ti, sean cuáles sean mi oscuridad y mis miedos. Enséñame a hacer todas las cosas a tu ritmo y a tu estilo. Thomas Merton. Diálogos con el silencio

La Vida Eterna

Todavía siendo niño había yo oído hablar de Vida Eterna que nos tienes prometida por tu Hijo nuestro Señor, cuya humildad descendió hasta nuestra soberbia. Ya me signaba con el signo de su cruz y me sazonaba con su sal ya desde el vientre de mi madre, que tan grande esperanza tenía puesta en ti. Y tú sabes que ciertos días me atacaron violentos dolores de vientre con mucha fiebre, y que me vi de muerte. Y viste también, porque ya entonces eras mi guardián, con cuánta fe y ardor pedí el bautismo de tu Cristo, Dios y Señor mío, a mi madre y a la Madre de todos que es tu Iglesia. Y mi madre del cuerpo, que consternada en su corazón casto y lleno de fe quería engendrarme para la vida eterna, se agitaba para que yo fuera iniciado en los sacramentos de la salvación y, confiándote a ti, Señor mío, recibiera la remisión de mi pecado. Y así hubiera sido sin la pronta recuperación que tuve. Se difirió pues mi purificación, como si fuera necesario seguir viviendo una vida manchada, ya que una re

Un solo día

Un solo día en compañía de Jesús resulta suficiente para despertar una enérgica búsqueda de la santidad a través de un amor personal de Jesús. Jesús quiere con indecible ardor nuestra perfección. Pues es esta la voluntad del señor: nuestra santificación. Su corazón santo está pleno de un insaciable anhelo de vernos avanzar por el camino de la santidad. Teresa de Calcuta. Mis oraciones

Voy a ir a Ti

Voy a ir a Ti, Señor, por mil  callejones sin salida. Tú quieres llevarme a Ti atravesando muros de piedra. Thomas Merton. Diálogos con el silencio

Cuántas miserias

¡Cuántas miserias y humillaciones pasé, Dios mío, en aquella edad en la que se me proponía como única manera de ser bueno sujetarme a mis preceptores! Se pretendía con ello que yo floreciera en este mundo por la excelencia de las artes del decir con que se consigue la estimación de los hombres y se está al servicio de falsas riquezas. Fui enviado a la escuela para aprender las letras, cuya utilidad, pobre de mí, ignoraba yo entonces; y sin embargo, me golpeaban cuando me veían perezoso. Porque muchos que vivieron antes que nosotros nos prepararon estos duros caminos por los que nos forzaban a caminar, pobres hijos de Adán, con mucho trabajo y dolor. 2. Entonces conocí a algunas persona que te invocaban. De ellas aprendía a sentir en la medida de mi pequeñez que tú eras Alguien, que eres muy grande y que nos puedes escuchar y socorrer sin que te percibamos con los sentidos. Siendo pues niño comencé a invocarte como a mi auxilio y mi refugio; y en este rogar iba yo rompiendo las atadura

En nuestra sociedad

En nuestra sociedad se nos brindan todo tipo de recursos para crecer a nivel intelectual. Pero para ahondar en nuestro ser espiritual hay más bien pocos. Descubrir y familiarizarnos con nuestro espíritu, el centro de nuestra identidad personal, significa empezar a vivir desde la energía de ese centro. Al aprender a estar enraizados en nosotros mismos, ya no somos arrastrados por cualquier viento que sopla en la superficie. El crecimiento necesita que haya una siembra y un arraigo, y también requiere un cultivo. La meditación, gracias a su carácter eminentemente práctico, nos lleva cada día a cuidar la vida de nuestro espíritu, a retornar a lo radical de nuestro centro. John Main. Una palabra hecha camino

Que alegres

Que alegres y dichosos deben sentirse, Señor, quienes, al considerar su propio yo, no descubren en sí mismos nada digno de mención. No solo no atraen la atención de los demás, sino que tampoco tienen deseo ni interés egoísta alguno en atraer la atención de sí mismos. No destacan por sus virtudes ni tienen que llorar grandes pecados; tan solo ven su mediocre debilidad e insignificancia, pero una insignificancia que está oscuramente llena, no de ellos mismos, sino de Tu amor, ¡Oh Dios! Ellos son pobres de espíritu que albergan en su interior el reino de los cielos, porque ya no son importantes ni siquiera para sí mismos. Pero en ellos brilla la luz de Dios, y ellos mismos, y todos cuantos la ven, te glorifican, ¡Oh Dios! Thomas Merton. Diálogos con el silencio

Oh Dios

Oh Dios, mi Dios,  ¿por qué estoy tan mudo? Desearía gritarte una y otra vez, pero tú eres el innombrable infinito. Todos los nombres que te damos no son tu nombre, Trinidad infinita. Pero tu palabra es Jesús, y yo grito el nombre de Tu Hijo; y vivo en el amor de Su corazón, y creo que, si Él lo quiere, dará respuesta a mi única oración: ¡que pueda renunciar a todo y pertenecer por entero al Señor! Thomas Merton. Diálogos con el silencio

Señor

Señor: ¡ay del hombre y de sus pecados! Cuando alguno admite esto tú te apiadas de él; porque tú lo hiciste a él, pero no sus pecados. ¿Quién me recordará los pecados de mi infancia? Porque nadie está libre de pecado ante tus ojos, ni siquiera el niño que ha vivido un solo día. ¿Quién, pues, me los recordará? Posiblemente un pequeñuelo en el que veo lo que de mí no recuerdo. Pero, ¿cuáles podían ser mis pecados? Acaso, que buscaba con ansia y con llanto el pecho de mi madre. Porque si ahora buscase con el mismo deseo no ya la leche materna sino los alimentos que convienen a mi edad, sería ciertamente reprendido, y con justicia. Yo hacía, pues, entonces cosas dignas de reprensión; pero como no podía entender a quién me reprendiera, no me reprendía nadie, ni lo hubiera consentido la razón. Defectos son estos que desaparecen con el paso del tiempo. Ni he visto a nadie tampoco, cuando está limpiando algo, desechar advertidamente lo que está bueno. Es posible que en aquella temprana edad n

La conversión

La conversión requiere que realicemos reajustes significativos en nuestra vida, en la forma de ver las cosas. Estos reajustes se pueden intelectualizar pero no se consiguen a través del pensamiento. Sólo se integran en la vida desde el poder creativo de nuestro propio corazón, desde nuestro centro. Por eso, entendemos mejor la meditación, no como un proceso de aprendizaje o una herramienta que podemos emplear para obtener los resultados que deseamos, sino más bien como un proceso de asombro y humildad profunda… La meditación es tan importante que sólo podemos llegar a la verdad si tenemos la confianza de enfrentarnos a ella. Esta confianza surge del encuentro con el amor puro en nuestros corazones. Realmente, lo más importante que hay que saber en la vida y de por vida, es que Dios Es y que Dios es Amor… Es algo muy simple. La tarea más importante de todo el que quiera responder plenamente a su potencial, es saber que entramos en esa luz para purificarnos, para ser realizados, para

La llamada

La llamada que cada uno de nosotros ha recibido revela nuestro potencial. Consiste en estar abierto a la experiencia de la conciencia sin división alguna, la experiencia de la unidad. Lo único que se requiere es que prestemos a este camino toda nuestra atención. Así, durante el tiempo de la meditación , di tu palabra sagrada, recita tu palabra, escucha tu palabra y despreocúpate de todo lo demás.  John Main. Una palabra hecha camino

La fuerza

La fuerza de la meditación radica en que intentamos estar completamente en este momento presente sin pensar en el pasado, sin lamentarlo o llorar por él, y sin analizarlo, y tampoco planeando el futuro. Dios es. Dios es amor. Dios es ahora. John Main. Una palabra hecha camino

La meditación

En la meditación emprendemos un camino, nos adentramos en un sendero que nos lleva al ser, a abrirnos plenamente al hecho infinito de que somos. Creo que conviene distinguir entre el “ ser “ y la “ existencia “. Entiendo que el ser remite al hecho de que somos, mientras que la existencia hace referencia a cómo somos. Lo más importante que hemos de saber, comprender y experimentar es que la existencia brota del ser. El ser es incluso anterior a la conciencia: como hemos dicho, es el hecho de que somos. La existencia es todo aquello con lo que estamos familiarizados y en virtud de lo cual sabemos cómo somos. El ser no está condicionado por nada . La existencia está condicionada por todo. John Main . Una palabra hecha camino

Permíteme

Permíteme sin embargo hablar ante tu misericordia a mí, que soy polvo y ceniza. Déjame hablar, pues hablo a tu misericordia, y no a un hombre burlón que pueda mofarse de mí. Quizás aparezco risible ante tus ojos, pero tú te volverás hacia mí lleno de misericordia. ¿Qué es lo que pretendo decir, Dios y Señor mío, sino que ignoro cómo vine a dar a ésta que no sé si llamar vida mortal o muerte vital? Y me recibieron los consuelos de tu misericordia según lo oí de los que me engendraron en la carne, esta carne en la cual tú me formaste en el tiempo; cosa de la cual no puedo guardar recuerdo alguno. Recibiéronme pues las consolaciones de la leche humana. Ni mi madre ni sus nodrizas llenaban sus pechos, eras tú quien por ellas me dabas el alimento de la infancia, según el orden y las riquezas que pusiste en el fondo de las cosas. Don tuyo era también el que yo no deseara más de lo que me dabas; y que las que me nutrían quisieran darme lo que les dabas a ellas. Porque lo que me daban, me lo d

Doblo mis rodillas

Doblo mis rodillas ante el Padre, de quien procede toda familia en los cielos y en la tierra, para que, conforme a la riqueza de Su gloria, os robustezca con la fuerza de su espíritu, de modo que crezcáis interiormente. Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones; que viváis arraigados y fundamentados en el amor. Así podréis comprender, junto con todos los creyentes, cuál es la verdadera anchura, la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo; un amor que supera todo conocimiento y que os llena de la plenitud misma de Dios. Ef 3,14-19. San Agustín. Confesiones

La gran invitación

Esta es la gran invitación del cristianismo: descubrir el fundamento de tu ser y, gracias a ello, encontrar y experimentar tu libertad. John Main. Una palabra hecha camino

Los primeros cristianos

Los primeros cristianos eran conscientes de que el cambio, la confusión y el caos no solo se dan en el exterior de nosotros mismos, sino también en nuestro interior. De hecho, sabían, como nosotros, que la mayor parte de la confusión externa, en el mundo, ha sido provocada directamente por la confusión interna que reina en cada uno de nosotros. Reconocían que el desafío humano permanente es encontrar armonía, orden y paz. Sabían que el desafío más importante consiste en hallar estos elementos en nosotros mismos. Habían descubierto también que, si podemos encontrar ese orden, esa paz, esa armonía y esa disciplina dentro de nosotros mismos, aunque buena parte de la confusión externa permanezca, ya no tendrá poder alguno sobre nosotros. Jesús habló de ello de la siguiente manera: " cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y se abatieron sobre la casa, pero no se derrumbó, porque estaba cimentada sobre roca" (Mt 7,25). John Main . Una palabra hecha camino

Quién me dará reposar en ti

¿Quién me dará reposar en ti, que vengas a mi corazón y lo embriagues hasta hacerme olvidar mis males y abrazarme a ti, mi único bien? ¿Qué eres tú para mí? Hazme la misericordia de que pueda decirlo. ¿Y quién soy yo para ti, pues me mandas que te ame; y si ni lo hago te irritas contra mí y me amenazas con grandes miserias? ¡Pero, qué! ¿No es ya muchísima miseria simplemente el no amarte? Dime pues, Señor, por tu misericordia, quién eres tú para mí. Dile a mi alma: "Yo soy tu salud" (Sal. 34, 3). Y dímelo en forma que te oiga; ábreme los oídos del corazón, y dime: "Yo soy tu salud". Y corra yo detrás de esa voz, hasta alcanzarte. No escondas de mí tu rostro, y muera yo, si es preciso, para no morir y contemplarlo. 2. Angosta morada es mi alma; ensánchamela, para que puedas venir a ella. Está en ruinas: repárala. Sé bien y lo confieso, que tiene cosas que ofenden tus ojos. ¿A quién más que a ti puedo clamar para que me la limpie? "Límpiame, Señor, de mis pecado

El secreto

El secreto de mi identidad está escondido en el amor y la misericordia de Dios. Pero todo lo que hay en Dios es realmente idéntico a Él, pues su infinita sencillez no admite división ni distinción. Por eso no puedo esperar encontrarme en ninguna parte más que en Él. En definitiva, la única manera de poder ser yo mismo es identificarme con aquel en quien están escondidas la razón y la plenitud de mi existencia. Por consiguiente, solo hay un problema del que depende toda mi existencia, mi paz y mi felicidad: descubrirme descubriendo a Dios. Si encuentro a Dios, me encontraré a mí mismo; y si encuentro mi verdadero yo, encontraré a Dios.  Thomas Merton. Nuevas semillas de contemplación

Somos llamados

Somos llamados por la voz de Dios, que nos invita a penetrar a través de la irrelevancia de nuestra vida, aceptando y admitiendo que nuestra vida es totalmente irrelevante, para encontrar nuestra importancia en Él. Y esta relevancia en Él no es algo que podamos adquirir o poseer. Es algo que solamente puede ser recibido como un don.  Thomas Merton.Diarios de Asia

Quién eres...

¿Quién eres pues tú, Dios mío, y a quién dirijo mis ruegos sino a mi Dios y Señor? ¡Y qué otro Dios fuera del Señor nuestro Dios! Tú eres Sumo y Óptimo y tu poder no tiene límites. Infinitamente misericordioso y justo, al mismo tiempo inaccesiblemente secreto y vivamente presente, de inmensa fuerza y hermosura, estable e incomprensible, un inmutable que todo lo mueve. Nunca nuevo, nunca viejo; todo lo renuevas, pero haces envejecer a los soberbios sin que ellos se den cuenta. Siempre activo, pero siempre quieto; todo lo recoges, pero nada te hace falta. Todo lo creas, lo sustentas y lo llevas a perfección. Eres un Dios que busca, pero nada necesita. 2. Ardes de amor, pero no te quemas; eres celoso, pero también seguro; cuando de algo te arrepientes, no te duele, te enojas, pero siempre estás tranquilo; cambias lo que haces fuera de ti, pero no cambias consejo. Nunca eres pobre, pero te alegra lo que de nosotros ganas. No eres avaro, pero buscas ganancias; nos haces darte más de lo que

Estoy vacío

Las cosas que me revisten carecen de sustancia. Estoy vacío, y mi estructura de placeres y ambiciones no tiene fundamento. Estoy objetivado en ellos. Pero están todos destinados, por su misma contingencia, a ser destruidos. Y cuando hayan desaparecido, no queda nada de mí más que mi desnudez, mi nada y mi vacío, para indicarme que soy mi propio error. Thomas Merton. Nuevas semillas de contemplación

Pedro dice...

Pedro dice: " en cuanto hombre, sufrió la muerte, pero fue devuelto a la vida por el Espíritu" (1Pe 3,18). Justamente esto es lo que hemos de hacer: dejar de cimentar nuestra vida en el deseo de cosas que pasarán para, según afirma el apóstol, reconstruirla conforme a la voluntad de Dios. Para Pedro cumplir la voluntad divina no consiste solo en practicar los mandamientos, sino en responder plenamente a nuestro destino, que es vivir con la vida de Dios en el Espíritu. Tal es el núcleo del mensaje evangélico, y es lo que, como cristianos, hemos de transmitir a nuestros contemporáneos si queremos ser fieles a la misión que Jesús nos ha encomendado. John Main. Una palabra hecha camino