Oración Parroquia Santa María 3c

¿Qué es el tiempo?. El tiempo es el lugar del encuentro entre nosotros y el Creador. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

  Cada una de nuestras acciones, de modo inevitable, o bien nos acercan a Dios, o bien nos alejan de Él. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

  No podía imaginar que Él mismo oraba en mí. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

La humildad es un atributo del amor de Dios que, en su apertura a la creación, acepta con dulzura todas las heridas infligidas por sus criaturas. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

  El Todopoderoso se manifiesta en su indescriptible humildad. Esta visión enternece al alma, sorprende al intelecto e, involuntariamente, nos postergamos ante Él. Y, por grande que sea nuestra aspiración a asemejarnos con Él en la humildad, nos vemos sin fuerzas para alcanzar su absoluto. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Cuando le abrimos nuestro corazón, tenemos la irresistible sensación de que él nos es “ familiar “, y el alma se posterna ante Él con un amor impregnado de humilde emoción. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Su amor es humilde. Él nos ama no desde arriba, sino con la ternura con que una madre ama a su hijo enfermo. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

  El Espíritu Divino respeta al hombre, se humilla ante él. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

No hemos de esperar que Dios irrumpa en nosotros sin nuestro consentimiento.  La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

  El Espíritu Divino nos rodea delicadamente con su calor; se acerca nosotros con tanta suavidad que al principio su presencia nos puede pasar inadvertida. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

El Espíritu Divino no fuerza nuestra libertad. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

El Espíritu Divino, dador de vida, nos visita cuando permanecemos en un estado de humilde apertura hacia Él. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Fija con tu firmeza tu espíritu en Dios y llegará el momento en que el Espíritu inmortal tocara tu corazón. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

A través de la alternancia de nuestros estados espirituales, comprendemos la diferencia existente entre los dones naturales y aquellos que descienden de lo Alto como gracia. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Él se oculta y yo me quedo vacío; y este extraño vacío lo vivo como una muerte. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Contemplar la santidad y humildad de Dios desconcierta al alma, y ésta, conmovida por una gran devoción, se posterna interiormente ante Él en el amor. Esta oración se transforma a veces en visión de la Luz increada. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

El más ligero toque del Espíritu Divino es una gloria inconmensurablemente superior al contenido de toda una vida sin Dios. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Hemos de mantenernos en oración el mayor tiempo posible, a fin de que su fuerza invencible nos haga capaces de resistir todas las acechanzas que pretenden destruirnos. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Temo perderte a causa de los malos pensamientos que hay en mi corazón y este temor me crucifica… Ven y sálvame, que me ahogo, Señor, como salvaste a Pedro cuando se atrevió a ir a tu encuentro en las aguas del mar. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Con frecuencia, nuestro espíritu sentirá la incapacidad de elevarse hacia Él. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony  

Mil veces habremos de experimentar el contraste entre una ardiente inclinación a Dios y las repetidas caídas de la esfera de su Luz. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

  A través de la oración, la vida de Dios, el Ser más real, penetra en nosotros. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Aunque se crean perdidos, son en realidad eternamente buscados. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

A través de la oración, la vida de Dios, el Ser más real, penetra en nosotros. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Entrégate totalmente a la oración, con la misma fuerza con que el hombre puede entregarse a la búsqueda del placer o a la creatividad en cualquier campo de la vida. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Mantente en el infierno y no desesperes. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

El corazón está alegre cuando tiene en sí el Espíritu de Dios, cuyo primer fruto es el amor, pero, el segundo, es el gozo. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Toda alma perfecta pone guarda en su boca y puerta de seguridad a sus labios, para así pronunciar siempre palabras tales que, bien aliñadas con sal, resulten gratas a los oyentes, y el Verbo de Dios pueda decir de ella: porque dulce es tu voz. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Como narran las Escrituras, hubo tres hombres muy vinculados al Arca: Moisés, Besalel y Aarón. En la montaña, Moisés aprendió de Dios cómo había de ser construida. Sirviéndose del proyecto que Moisés había recibido de Dios, Besalel la construyó en el valle. Y Aarón cuidó de ella en el templo, viéndola y tocándola cuantas veces quiso. Estos tres hombres ilustran los tres caminos por los que la gracia nos puede llevar a la contemplación. A veces, como Moisés, debemos ascender a la montaña y luchar sólo con la ayuda de la gracia, antes de llegar a la contemplación, para después, como él, disfrutar sus frutos, si bien raras veces. (Quiero, sin embargo, en este contexto dejar claro que la revelación personal de Dios a Moisés fue un don y no la recompensa a su esfuerzo). Nuestro progreso en la contemplación puede también realizarse por nuestra propia penetración espiritual ayudada de la gracia; entonces somos Besalel, que no pudo contemplar el Arca hasta que hubo trabajado para modelarla con

Pues, quizá por un sabio designio de Dios, puede ser que si bien al principio lucharon larga y difícilmente en la oración y sólo gustaron sus frutos ocasionalmente, puedan experimentarlos después siempre que quieran y en gran abundancia. Así sucedió a Moisés. Al principio sólo se le concedió contemplar el Arca alguna que otra vez y no sin haber luchado duro en la montaña, pero después, cuando se instaló en el valle, pudo gozar de ella a placer. La Nube del no saber. Anónimo S. XIV