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Mostrando entradas de octubre, 2020

Si pudiésemos

Si pudiésemos comprender que el problema no es que el resultado de nuestros proyectos o acciones sea bueno, funcione bien, sino en OFRECER, todo sería mucho más sencillo: nuestras miserias, nuestros sufrimientos, nuestros defectos, nuestros mismos pecados, hasta esos días en los que tenemos la impresión de haber fracasado. La materia de un sacrificio no hace falta que sea noble, basta que sea OFRECIDA. En vez de OFRECER un día perfecto (¿qué significa eso?) OFRECEMOS un día lamentable. ¿Qué importa, con tal de que se OFREZCA? Dios puede hacer lo que quiera con el menor instante de nuestra vida si nosotros estamos decididos a OFRECERSELO tal como es. La Oración del corazón . Jean Lafrance 

Silvano del Monte Athos

Silvano del Monte Athos decía que, al fin, el ÚNICO criterio que tenemos para conocer si estamos en el camino de la oración total, es el AMOR A LOS ENEMIGOS en el sentido evangélico.   Decía Casiano que una señal evidente de que el alma no está todavía purificada, es que no tiene compasión de los pecados del prójimo, sino que los JUZGA severamente. Es preciso llegar a ser personas DESARMADAS, sin miedo, que avanzan con las MANOS ABIERTAS hacia la acogida y el amor, porque dentro de ellos vive la certeza de la resurrección. La Oración del corazón. Jean Lafrance

Aun cuando

Aun cuando posteriormente otro modo le guste más, deberá pensar: Este modo te lo asignó Dios, y por eso debe resultarle el mejor de todos. A este respecto ha de confiar en Dios y tiene que incluir todos los buenos modos en este mismo modo y aceptar todas las cosas en él y conforme con él cualquiera sea su índole. Porque el bien que Dios ha hecho y otorgado a determinado modo, se puede encontrar también en todos los modos buenos. Justamente en un solo modo deben aprehenderse todos los modos buenos y no la peculiaridad de este modo. Pues, en cada caso el hombre tiene que hacer una sola cosa, no puede hacerlas todas. Ha de ser una sola cosa por vez y [justamente] en ésta deben agarrarse todas. Porque, si el hombre quisiera hacerlo todo, esto y aquello, y abandonar su modo y adoptar el de otra persona, que en ese momento le gustaba mucho más, en verdad, se produciría así una gran inconstancia. Resulta que un hombre que abandonara el mundo y entrara de una vez por todas en una sola orden, l

El hombre que quiere

El hombre que quiere emprender una vida u obra nuevas, debe dirigirse hacia su Dios, y solicitarle con gran fuerza y perfecta devoción que le disponga lo óptimo de todo y aquello que quiera más y que le resulte lo más digno, y que con ello no quiera ni pretenda lo suyo sino únicamente [hacer] la queridísima voluntad de Dios y nada más. Luego, cualquier cosa que Dios disponga para él, la aceptará inmediatamente de Dios y la considerará lo óptimo para sí mismo y se contentará con ella total y perfectamente.   Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Que uno aprenda

Que uno aprenda a desasirse de sí mismo hasta no retener ya nada propio. Todo el tumulto y la discordia provienen siempre de la propia voluntad, no importa que uno lo note o no. Uno mismo debe entregarse, junto con todo lo suyo, a la buena y queridísima voluntad de Dios, mediante el puro desasimiento del querer y apetecer, y esto con respecto a todo cuanto uno pueda querer o apetecer con miras a cualquier cosa.   Maestro Eckhart. Tratados y sermones

La terapia divina

La terapia divina es un acuerdo que hacemos con Dios. Reconocemos que nuestras ideas propias acerca de la felicidad no van a dar resultado, y entregamos nuestras vidas completamente al Señor. Thomas Keating. La condición humana

El hombre debe aprender

El hombre debe aprender a sacar de su interior su sí-mismo y a no retener nada propio y a no buscar nada, ni provecho ni placer ni ternura ni dulzura ni recompensa ni el paraíso ni la propia voluntad. Dios nunca se entregó, ni se entregará jamás, a una voluntad ajena. Sólo se entrega a su propia voluntad. Donde Dios encuentra su voluntad, ahí se entrega y se abandona a ella con todo cuanto es. Y cuanto más dejemos de ser en cuanto a lo nuestro, tanto más verdaderamente llegaremos a ser dentro de ésta [la voluntad divina]. Por ello no es suficiente que renunciemos una sola vez a nosotros mismos y a todo cuanto poseemos y podemos, sino que debemos renovarnos con frecuencia y hacer que nosotros mismos seamos simples y libres en todas las cosas.   Maestro Eckhart. Tratados y sermones

No es suficiente

No es suficiente que el ánimo del hombre se halle desasido en el momento actual cuando uno quiere unirse con Dios, sino que uno debe disponer de un desasimiento bien ejercitado que tanto precede como perdura. Entonces es posible recibir grandes cosas de Dios y recibir a Dios en todas las cosas. [Pero] si uno no está preparado, arruina el don y a Dios junto con el don. Es ésta la razón por que Dios no nos puede dar siempre lo que pedimos. La falta no está en Él, pues Él tiene mil veces más prisa de dar que nosotros de aceptar. Pero nosotros lo forzamos y lo agraviamos al impedirle [que haga] su obra natural por culpa de nuestra falta de preparación.   Maestro Eckhart. Tratados y sermones

La paradoja

La paradoja consiste en que no podremos realizar plenamente nuestro papel hasta que no estemos dispuestos a abandonarlo. No somos lo que creemos que somos.  Esto hay que descubrirlo, y la mejor manera de hacerlo, o por lo menos la menos dolorosa, es mediante el proceso que llamamos el itinerario espiritual. Este proceso exige enfrentarnos con el lado oscuro de nuestra personalidad y con las energías emocionales que hemos puesto en los proyectos falsos de felicidad y en los distintos condicionamientos culturales a los que nos hemos sometido. Para ser realmente curados tenemos primero que permitir que nuestro lado oscuro y aflore a la plena consciencia, y después abandonarlo y entregarlo al Señor. Thomas Keating. La condición humana

El hombre

El hombre debe acostumbrarse a no buscar ni desear lo suyo en nada sino que [ha de] encontrar y aprehender a Dios en todas las cosas. Porque Dios no otorga ningún don—y nunca lo otorgó— para que uno posea el don y descanse en él. Antes bien, todos los dones que Él otorgó alguna vez en el cielo y en la tierra, los dio solamente con la finalidad de poder dar un solo don: éste es Él mismo. Con todos esos dones sólo quiere prepararnos para [recibir] el don que es Él mismo; y todas las obras que Dios haya hecho alguna vez en el cielo y en la tierra, las hizo únicamente para poder hacer una sola obra, es decir, para que Él se haga feliz a fin de poder hacernos felices a nosotros. Por lo tanto digo: Debemos aprender a contemplar a Dios en todos los dones y obras, y no hemos de contentarnos con nada ni detenernos en nada. Para nosotros no existe en esta vida ningún detenerse en modo alguno de ser, y nunca lo hubo para hombre alguno por más lejos que hubiera llegado. Antes que nada, el hombre d

Dios es existencia

Dios es existencia. En todo lo que existe, Dios está presente. Thomas Keating. La condición humana

Lo que es necesario

Lo que es necesario ante todas las cosas: que el hombre acostumbre y ejercite su entendimiento para que [se dirija] bien y perfectamente hacia Dios, así lo divino aparecerá en su interior en todo momento.     Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Las apariencias

Las apariencias externas no son ninguna cosa externa para el hombre ejercitado porque todas las cosas tienen para el hombre interior una divina [e] interna forma de existencia.   Maestro Eckhart. Tratados y sermones
Uno debe aprender a estar [interiormente] libre en plena actividad. Mas para un hombre inexperto constituye una empresa inusitada llegar a un punto donde no le estorbe ninguna muchedumbre ni obra —para ello se requiere un gran fervor— y que tenga continuamente presente a Dios y que Él le resplandezca siempre, todo desnudo, en cualquier momento y en cualquier ambiente. Para esto se requieren un fervor bien ágil y dos cosas en especial: una [consiste en] que el hombre mantenga bien cerrado su fuero íntimo de modo que su ánimo esté protegido contra las imágenes que se hallan afuera, para que permanezcan fuera de él y no se paseen con él, ni lo traten de manera inadecuada, ni encuentren su morada dentro de él. La otra cosa [consiste en] que el hombre no se entregue ni a sus imágenes interiores, ya sean representaciones o un enaltecimiento de su ánimo, ni a las imágenes exteriores o cualquiera que sea la cosa que el hombre tenga presente, y que con todo esto no se desorganice ni se distraig
Todo lo que existe en el universo está llamado a ser recordatorio de la presencia de Dios. Thomas Keating. La condición humana  
Debes observar en ti dos cosas diferentes que también caracterizaron a Nuestro Señor. Él también tenía potencias superiores e inferiores y ellas tenían [que hacer] dos obras distintas: sus potencias superiores poseían la eterna bienaventuranza y disfrutaban de ella. Pero, al mismo tiempo, las inferiores se encontraban sometidas a los máximos sufrimientos y luchas en esta tierra, y ninguna de esas obras era un obstáculo para el objeto de otra. Así habrá de ser también en tu fuero íntimo, de modo que las potencias supremas se hallen elevadas hacia Dios y le sean ofrecidas y unidas íntegramente. Más aún: todos los sufrimientos, a fe mía, han de ser encargados exclusivamente al cuerpo y a las potencias inferiores y a los sentidos; mas el espíritu debe elevarse con plena fuerza y abismarse, desapegado, en su Dios.     Maestro Eckhart. Tratados y sermones
  El mismo amor incondicional que habita en Dios, habita en nosotros por la gracia, reemplazando el ego humano por el “Yo “ divino. Entonces empezamos a manifestar en la vida diaria, no nuestros prejuicios y nuestros faltos falsos yoes, sino la infinita ternura de Dios, su cuidado de todo lo que existe, sobre todo de los pobres y los necesitados.   Thomas Keating. La condición humana

Cuanto menos sientas

  Cuanto menos sientas y más firmemente creas, tanto más elogiable será tu fe y tanto más será estimada y elogiada; pues la fe íntima del hombre es mucho más que meros supuestos. En ella poseemos un saber verdadero. En verdad, no nos falta nada sino una fe recta. El que nos imaginemos tener un bien mayor en una cosa que en otra, se debe sólo a preceptos externos, y sin embargo, no hay más en una cosa que en otra. Pues bien, en la misma medida en que uno cree, recibe y posee.     Maestro Eckhart. Tratados y sermones

El inconsciente

El inconsciente es muy peligroso mientras que la luz divina del Espíritu Santo no penetra en su profundidad y revela su dinámica. Thomas Keating. La condición humana

El yo artificial

  El yo artificial o el falso yo, como se le llama normalmente, está programado para el sufrimiento. El falso yo busca fama, poder, riqueza y prestigio. Thomas Keating. La condición humana 

Podrías decir

Podrías decir: ¡Ay, señor, yo no percibo en mí nada de cosas grandes sino sólo pobreza! ¿Cómo podré atreverme entonces, a acudir a Él? A fe mía, si quieres transformar del todo tu pobreza, acude al abundante tesoro de toda la riqueza inconmensurable, así serás rico; pues debes abrigar en tu fuero íntimo la certidumbre de que sólo Él es el tesoro que te puede bastar y colmar. «Por lo tanto —dirás— quiero dirigirme hacia ti para que tu riqueza llene mi pobreza, y toda tu inconmensurabilidad colme mi vacío y tu ilimitada e inescrutable divinidad llene mi humanidad demasiado indigna y corrupta».   Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Nosotros

Nosotros hemos de ser transformados en Él y totalmente unidos con Él (Cfr. 2 Cor. 3, 18), de modo que lo suyo llegue a ser nuestro y todo lo nuestro suyo, nuestro corazón y el suyo, un solo corazón, nuestro cuerpo y el suyo, un solo cuerpo. Nuestros sentidos y nuestra voluntad e intención, nuestras potencias y miembros, habrán de ser trasladados en Él de manera tal que no lo sienta y perciba en todas las potencias del cuerpo y del alma.   Maestro Eckhart. Tratados y sermones

No valoramos

  No valoramos el bien y el mal desde su realidad objetiva, sino desde fuera, según lo percibamos o no como adecuados a nuestro universo privado.   Thomas Keating. La condición humana

Ahora podrías decir

Ahora podrías decir: ¡Ay, señor, me veo tan vacío y frío y perezoso y por esto no me animo a acudir a Nuestro Señor! Entonces digo yo: ¡Tanto más necesitas acudir a tu Dios! pues por Él serás inflamado y sentirás ardor y en Él serás santificado y vinculado y unido sólo a Él, pues, en el Sacramento, y en ninguna otra parte, encuentras con igual excelencia esta merced de que tus fuerzas corpóreas se unan y concentren gracias al excelso poder de la presencia corpórea del Cuerpo de Nuestro Señor, de modo que todos los sentidos dispersos del hombre y su ánimo se concentren y unan en esta [presencia], y ellos que, dispersos entre sí, estaban demasiado inclinados hacia abajo, aquí son enderezados y presentados ordenadamente a Dios. Y este Dios que mora en el interior los acostumbra a dirigirse hacia dentro y les quita el hábito de dejarse estorbar físicamente por las cosas temporales y así se tornan hábiles para las cosas divinas, y, fortalecido por su Cuerpo, tu cuerpo es renovado.    Maestr

Según la teología

  Según la teología de San Agustín, el pecado original tiene tres consecuencias: no sabemos dónde encontrar la felicidad (ignorancia); la buscamos en donde no está (concupiscencia), y si alguna vez descubrimos donde podemos encontrarla, la voluntad es demasiado débil para luchar por ella. Thomas Keating. La condición humana  

A quien desea

A quien desea recibir de buena gana el Cuerpo de Nuestro Señor, no le hace falta mirar qué es lo que siente o nota en su fuero interior o cuán grande es su ternura o devoción, sino que ha de observar cómo son su voluntad y disposición de ánimo. No debes dar mucha importancia a lo que sientes; antes bien, considera como grande aquello que amas y anhelas.   Maestro Eckhart. Tratados y sermones

La verdadera fuente

La verdadera fuente de felicidad es la experiencia de la presencia de Dios. La llave de la felicidad es vivir la dimensión contemplativa de la vida, que es el camino hacia el gozo y la consciencia creciente de la presencia de Dios. Thomas Keating. La condición humana

Nuestro leal Dios

Nuestro leal Dios permite que sus amigos a menudo sucumban a sus flaquezas únicamente para que carezcan de todo sostén que les permitiría reclinarse o apoyarse. Pues, a un hombre amante le daría una gran alegría poder hacer numerosas y grandes cosas, ya sea con vigilias, ayunos u otros ejercicios, y con cosas especialmente grandes y difíciles: todo esto da gran alegría, apoyo y esperanza de modo que sus obras le brindan sostén y apoyo y confianza. Justamente esto se lo quiere quitar Nuestro Señor y quiere ser, Él solo, su sostén y confianza. Y la única razón por que procede así, reside en su pura bondad y misericordia. Pues, fuera de su propia bondad no hay nada que lo mueva a Dios a hacer ninguna obra; nuestras obras no sirven en absoluto para que Dios nos dé o haga algo. Nuestro Señor quiere que sus amigos se desprendan de semejante sostén y por lo tanto se lo quita para que Él solo sea su sostén. Pues quiere darles algo grande y quiere hacerlo puramente por su libre bondad; Él habrá

Interiormente

Interiormente, el hombre debe haber formado su imagen dentro de Nuestro Señor Jesucristo con miras a todas las cosas, de un modo tal que se encuentre en él un reflejo de todas las obras y de la apariencia divinas; y el hombre, en cuanto sea capaz de hacerlo, debe, con perfecta adaptación, llevar en su fuero íntimo todas las obras de [Cristo]. Tú debes obrar y Él debe adquirir [forma]. Haz tu obra con recogimiento íntegro y toda la disposición de tu ánimo; acostúmbralo a éste en todo momento a proceder así y [acostúmbrate] a formar tu imagen dentro de Él en todas tus obras.   Maestro Eckhart. Tratados y sermones  

La meta

La meta de la noche del espíritu es llevarnos una conciencia permanente y continua de la presencia de Dios y de nuestra unión constante con él. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto

No es en las experiencias...

No es en las en experiencias de éxtasis o los estados de gran iluminación donde radica la esencia de la oración contemplativa, Sino más bien en la purificación de nuestro propio inconsciente psicológico y colectivos. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto

En su fuero íntimo

En su fuero íntimo, el hombre debe pertenecer a Dios tan completamente [y] con toda su voluntad, que no le preocupen mucho ni los modos ni las obras. Sobre todo debes rehuir cualquier peculiaridad, ya sea en la vestimenta, ya sea en la comida, ya sea en las palabras —como por ejemplo, usar palabras grandilocuentes— o también tener gestos raros, lo cual no sirve para nada. En cambio, debes saber también que no te está prohibido tener ninguna peculiaridad. Hay muchas peculiaridades que uno está obligado a observar en algún momento y con muchas personas; pues, quien es [un hombre] peculiar, tiene que hacer también muchas cosas peculiares en determinados momentos y de muchos modos.   Maestro Eckhart. Tratados y sermones