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Renovaos en la mente y en el espíritu

  Para tender a la  perfección , hay que revestirse del  Espíritu  de Cristo. Vicente de Paúl
El claro orden del día, el sano alternarse de orar y trabajar, de sentarse y de estar de pie, de tejer cuerda y de orar, es el camino para la paz interior. Esto esclarece los sentimientos negativos y pone al hombre interiormente en orden. Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto  
Si yo me identifico totalmente con una tarea, si hago que mi propio sentimiento de valor dependa de si puedo cumplirla o no, entonces seré finalmente incapaz de superar esa situación. Tal fijación me bloquea. No soy libre para empeñarme en esa tarea, porque debo de hacerlo necesariamente bien. El miedo de que pueda fallar me impide cumplir debidamente. Morir significa dejar de identificarme con mi tarea. Solo así soy libre para realizarla bien, ya que entonces no depende todo de cómo la realizo. Morir al mundo, esto es, imaginarme que estoy en la tumba, expresa lo que la psicología transpersonal llama hoy " desidentificación ". Yo miro a mis pensamientos y sentimientos, pero no me identifico con ellos. Miro a la tarea que tengo que realizar, pero no me identifico con ella. Tengo la tarea, pero no soy esa tarea. Tengo ira, pero no soy mi ira. Anselm Grun OSB. La sabiduría de los padres del desierto
Carl G. Jung dice que, en nosotros, hay siempre dos polos: miedo y confianza, amor y agresión, tristeza y gozo, fuerza y debilidad. Pero que, con frecuencia, estamos fijados en uno solo, por ejemplo, el del miedo. El miedo se manifiesta entonces en pensamientos tales como: " No puedo, tengo miedo, que piensan los otros de mí, me culpo a mí mismo ". Yo puedo preguntar a este miedo qué es lo que quieres decirme. Pero también puedo dirigirme a él con el salmo 118: " el Señor está conmigo, nada temo. ¿Qué podrá hacerme el hombre? ". Éste versículo del salmo no acabará con el miedo, pero podrá ponerme en contacto con la confianza que también hay oculta en mí. Porque en mi no hay solo miedo, hay también confianza. Las palabras de la Escritura me ponen en contacto con lo que está ya en mí, y a través de ello, puedo hacer consciente, y crecer, mi confianza. Esto relativiza el miedo. Este método sale al paso de los pensamientos para que no se asienten en mi ni me determinen
El abad Pablo de Galacia dice de sí y de su ejercicio diario: " yo tengo siempre en mente estas tres cosas: callar, ser humilde de espíritu y repetirme a mí mismo: yo no tengo ninguna preocupación". Aquí encontramos de nuevo el silencio que nos aconsejan los monjes, y la humildad como fundamento de nuestro ser religioso. Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto  
Evagrio dice en una carta que el intelecto ha de conocer primero las engañosas tramas de los demonios. Y que esto es condición previa para el conocimiento de Cristo, para la contemplación. Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto  
Se dice del anciano padre Juan que, al regresar del trabajo de la recolección o de estar con los ancianos, se tomaba tiempo primero para orar, meditar el canto de los salmos, hasta que su pensamiento volvía de nuevo al orden anterior. Juan dejaba curso libre a las emociones que habían surgido de la conversación con los hermanos, y se tomaba tiempo, primero, para la oración, para poder esclarecer las emociones. Si nosotros venimos a casa con las emociones no controladas y las atiborramos de actividad de cualquier tipo que sea, entonces se asentarán en el subconsciente y desde ahí causaran en nosotros una difusa insatisfacción. Hay que poner en orden la vida exterior, y lo mismo hay que hacer con los pensamientos. Los pensamientos desordenados, así dicen los primeros padres, trastornan al monje y le entregan a sus pasiones. Quien deja curso libre a sus pensamientos y sentimientos sin ocuparse de ellos, será infectado por ellos interiormente. Sin darse cuenta, se verá dirigido por impulso