El abad Pablo de Galacia dice de sí y de su ejercicio diario: " yo tengo siempre en mente estas tres cosas: callar, ser humilde de espíritu y repetirme a mí mismo: yo no tengo ninguna preocupación". Aquí encontramos de nuevo el silencio que nos aconsejan los monjes, y la humildad como fundamento de nuestro ser religioso.
Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto
Renovaos en la mente y en el espíritu
Para tender a la perfección , hay que revestirse del Espíritu de Cristo. Vicente de Paúl
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