Porque aguarda al Señor, el monje se hace libre de cuidados terrenos, de juicios y de espectativas de los hombres. La alegre naturalidad, la libertad, la confianza y la apertura a cada instante, marcan al monje que espera con ansia al Señor. Anselm Grun OSB. La sabiduría de los padres del desierto  

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