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Mostrando entradas de agosto, 2020

El hombre...

El hombre que tan enteramente hubiera renunciado a sí mismo junto con todo lo suyo, en verdad, se hallaría colocado tan completamente en Dios, que dondequiera que se tocara a ese hombre, se debería tocar primero a Dios; porque él se halla del todo en Dios, y Dios se encuentra en torno de él, tal como mi bonete encierra mi cabeza; y quien quisiera agarrarme debería tocar primero mi vestimenta. Igualmente: si he de beber, la bebida debe pasar primero por mi lengua; allí adquiere su sabor. De veras, si la lengua se halla revestida de amargor, el vino, por dulce que sea en sí, habrá de convertirse siempre en amargo a causa de aquello por cuyo intermedio me llega. En verdad, un hombre que se hubiera desasido totalmente de lo suyo, estaría envuelto en Dios de tal manera que todas las criaturas no serían capaces de tocarlo sin tocar antes a Dios, y las cosas que habrían de llegar hasta él, tendrían que llegarle a través de Dios; aquí reciben su sabor y se hacen deiformes. Por grande que sea

El reino de Dios

El reino de Dios, no es una institución geopolítica, ni un lugar físico. Es el estado de conciencia que Jesús disfruto como la palabra hecha carne. Es la experiencia de Cristo como ser humano del padre eterno como Abba. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto.

El que pone en Dios

El que pone en Dios su confianza se libera de toda preocupación, no tiene miedo de nada ni de nadie, es un ser libre.   Un santo puede seguir teniendo miedo de los acontecimientos, pues le desconcertarán siempre, pero no tendrá miedo de Aquel que dirige los acontecimientos, pues sabe “ en quien tiene puesta su confianza “ (2 Tim 1,12). La Oración del corazón . Jean Lafrance

Entrégate...

Entrégate totalmente a Dios con todas las cosas y luego no te aflijas por lo que Él hace con lo suyo. Miles de hombres han muerto y están en el cielo sin haberse desprendido nunca de su voluntad con cabal perfección. Una voluntad perfecta y verdadera sería sólo aquella con la cual uno se hubiera entregado íntegramente a la voluntad de Dios, careciendo de propia voluntad: y quien haya logrado más a este respecto, será colocado en mayor medida y más verdaderamente en Dios. Ah sí, un avemaría pronunciado con tal disposición de ánimo, en la cual el hombre se despoja de sí mismo, es más útil que mil salterios leídos sin ella; sí, [dar] un paso con esta disposición, sería mejor que cruzar el mar careciendo de ella. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

El espíritu que habita...

El espíritu que habita en cada célula del cuerpo místico pone a nuestra disposición todos los dones espirituales que necesitamos para ser transformados en la mente y el corazón de Cristo y a la participación plena en el reino de Dios. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto.

Cada uno...

Cada uno de nosotros posee en su interior el programa completo para la transformación divina. El espíritu de Dios, como el alma en el cuerpo, llena todo el cuerpo incluyendo cada órgano y cada célula. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto

Dios aspira

Dios aspira en todas las cosas a que renunciemos a nuestra voluntad. Cuando San Pablo habló mucho con Nuestro Señor y Nuestro Señor mucho con él, todo esto no dio ningún resultado hasta que él renunciara a su voluntad diciendo: «Señor ¿qué quieres que yo haga?» (Hechos de los Apóstoles 9, 6). Entonces Nuestro Señor sabía muy bien qué era lo que él tenía que hacer. Lo mismo sucedió cuando el ángel se apareció a Nuestra Señora: todo cuanto ella y él hubieran hablado alguna vez, nunca la hubiese convertido en Madre de Dios; pero tan pronto como ella renunció a su voluntad, llegó a ser inmediatamente una verdadera Madre del Verbo eterno y recibió a Dios en seguida. Él se hizo hijo suyo por naturaleza. No hay tampoco cosa alguna para hacernos hombres verdaderos fuera del renunciamiento a nuestra voluntad. De veras, sin renunciar a nuestra voluntad en todas las cosas, no obramos absolutamente nada ante Dios. Pero, si llegáramos a desprendernos íntegramente de nuestra voluntad y nos animára

La gracia...

La gracia de la eucaristía nos da la posibilidad de reconocer a Cristo como ya presente en nosotros, en su naturaleza divina, e incrementar la intimidad de su presencia cada vez que recibimos la sagrada comunión. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto.

Tienes que saber...

Tienes que saber, además, que la buena voluntad en absoluto puede perder a Dios. Pero sí lo extraña a veces en la sensación de su ánimo y a menudo cree que Dios se ha ido. ¿Qué debes hacer entonces? Exactamente lo mismo que harías si gozaras del mayor de los consuelos: aprende a hacer esto mismo cuando padezcas el mayor de los sufrimientos y compórtate exactamente igual a como te comportabas en el primer caso. No existe ningún consejo tan bueno para encontrar a Dios que allí donde uno se desprende de Él. Y así como te sentías cuando lo tuviste por última vez, así haz ahora mientras lo extrañas [y] de esta manera lo encontrarás. Más aún: la buena voluntad no pierde ni extraña a Dios nunca jamás. Mucha gente dice: Tenemos buena voluntad, pero no tienen la voluntad de Dios; quieren tener su propia voluntad y enseñarle a Nuestro Señor que haga las cosas así o asá. Esta no es buena voluntad. En Dios hay que buscar cuál es su queridísima voluntad. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

El que a veces...

Debes saber, empero, que los amigos de Dios nunca carecen de consuelo, pues lo que quiere Dios es su máximo consuelo, ya sea consuelo, ya sea desconsuelo. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Dios debe poner un velo

Dios debe poner un velo para ocultar su presencia, usar diferentes disfraces y esconderse detrás de causas secundarias para que la intensidad del amor divino no fuerce alarma a salir del cuerpo. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto.

El que a veces...

El que a veces tengamos que desprendernos por amor de tal sensación, nos lo indica Pablo, [hombre] lleno de amor, allí donde dice: «Porque he deseado ser apartado de Cristo por amor de mis hermanos» (Romanos 9, 3). Así opina conforme con esta misma modalidad [y] no según la primera modalidad del amor, porque de ésta no quiso hallarse apartado ni un instante por todo cuanto pudiera suceder en el cielo y la tierra; [al decirlo], él piensa en el consuelo. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Cada persona...

Cada persona tiene la capacidad innata para la unión divina. El espíritu, que mora en nuestro yo más profundo, nos comunica a cada momento la divina presencia del amor. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto.

Cómo podría...

¿Cómo podría tener yo ese amor mientras no lo siento ni percibo tal como lo veo en muchas personas que pueden exhibir grandes obras, y en quienes observo una gran devoción y cosas maravillosas en tanto que yo no tengo nada de esto? Aquí tienes que observar dos cosas inherentes al amor: una es la esencia del amor, la otra es una obra o un efluvio violento del amor. La esencia del amor radica únicamente en la voluntad; quien tiene más voluntad, tiene también más amor. Pero quién es el que tiene más, esto no lo sabe nadie con respecto al otro; esto yace escondido en el alma mientras Dios yace escondido en el fondo del alma. Este amor reside única y exclusivamente en la voluntad; quien tiene más voluntad, tiene también más amor.  Pero existe todavía una segunda cosa: un efluvio violento y una obra del amor. Aquí son muy llamativas [ciertas actitudes], como ser el fervor entrañable y la devoción y el júbilo, y esto, sin embargo, no siempre es lo mejor. Porque a veces no proviene ni siqu

El corazón

El corazón del viaje espiritual cristiano es la voluntad decidida de Dios de transmitirnos lo máximo de luz, vida, amor y felicidad divina que podamos recibir. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto.

Cuándo la voluntad...

¿Cuándo la voluntad es una voluntad recta? La voluntad es íntegra y recta cuando carece de ataduras al yo y ha salido de sí misma y se ha hecho imagen y forma dentro de la voluntad divina. Ah sí, cuanto más suceda esto, tanto más recta y verdadera es la voluntad. Y con semejante voluntad eres capaz de todo, ya se trate del amor o de lo que quieras. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

No es lugar...

No es el lugar, no importa lo santo que sea, donde el Reino de Dios está más activo; ni tampoco es nuestra posición religiosa. Está presente más bien en una actitud de completa honestidad hacia Dios, las otras personas y nosotros mismos. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto.

De veras...

De veras, con la voluntad lo puedo todo. Puedo sobrellevar las fatigas de todos los hombres y dar de comer a todos los pobres y hacer las obras de todos los seres humanos y cualquier cosa que se te ocurra. Si no te falta la voluntad sino sólo la capacidad, por cierto, lo habrás hecho todo ante Dios, y nadie te lo podrá quitar ni impedir aunque fuera por un solo momento; porque el querer hacer tan pronto como yo pueda hacerlo y el haberlo hecho, ante Dios son lo mismo. Si yo, además, quisiera tener tanta voluntad como la tiene el mundo entero, y si mi anhelo de tenerla es grande e íntegro, de veras la tengo; porque lo que quiero tener lo tengo. Si yo verdaderamente deseara tener tanto amor como lo han reunido todos los hombres en todos los tiempos, y [si quisiera] loar a Dios de la misma manera [que todos ellos] o [hacer] cualquier otra cosa que te puedas imaginar, pues, todo esto lo tienes en verdad, si la voluntad es perfecta. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Dios habitualmente

Dios habitualmente nos envía lo que necesitamos, no lo que queremos o pensamos que necesitamos, y menos aún lo que merecemos. Thomas Keating. Dios se manifiesta para contemplar en lo secreto.

Lo bueno...

Lo bueno no es menos poderoso para el bien que lo malo para el mal. ¡Recuerda!: aunque yo no hiciera nunca ninguna obra mala, pero tuviera la voluntad de [obrar] el mal, yo habría caído en pecado como si hubiese ejecutado la acción; y con la voluntad decidida yo podría cometer un pecado tan grande como si hubiera matado todo el mundo sin haber ejecutado jamás la acción. ¿Por qué la buena voluntad no podría lograr lo mismo? ¡De hecho, [puede hacer] mucho e incomparablemente más! Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Mientras...

Mientras el hombre nota que su voluntad es buena, no se debe asustar grandemente de nada, ni ha de afligirse si no es capaz de aplicarla en las obras; por otra parte, si descubre en su fuero íntimo una genuina buena voluntad, no se debe considerar ajeno a las virtudes, pues la virtud y todo lo bueno residen en la buena voluntad. Si tienes una voluntad honesta y recta nada te puede faltar, ni [el] amor ni [la] humildad ni ninguna virtud. Antes bien, aquello que quieres poderosamente y con entera voluntad [ya] lo tienes, y Dios y todas las criaturas no te lo pueden quitar con tal de que la voluntad sea íntegra y verdaderamente divina y [cifrada] en el presente. No debe ser: «Quisiera próximamente», esto sería sólo en el futuro, sino: «¡Quiero que sea así, ahora mismo!» ¡Escucha pues! Si algo se halla a una distancia de mil millas y yo quiero tenerlo, lo tengo con más propiedad que aquello que tengo en mi seno y no quiero tenerlo. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

La inclinación

La inclinación al pecado no es pecado, pero querer pecar, esto sí es pecado, querer encolerizarse, esto sí es pecado. En verdad, si aquel que está bien encaminado tuviera el poder de desear, no se le ocurriría desear que perdiera la inclinación al pecado, pues sin ella el hombre estaría inseguro en todas las cosas y en todas sus obras y no sentiría preocupación frente a las cosas, y carecería también del honor [ganado] con la lucha, de la victoria y de la recompensa. Porque el impulso y la excitación [producidos] por la falta de virtud traen consigo la virtud y la recompensa por el esfuerzo [hecho]. Pues, la inclinación hace que el hombre se empeñe cada vez más en el vigoroso ejercicio de la virtud, y lo empuja a la fuerza hacia la virtud, y es un azote áspero que impulsa al ser humano para que tenga cuidado y sea virtuoso porque, cuanto más débil se sienta el hombre, tanto más deberá armarse de fortaleza y victoria, ya que la virtud como la falta de virtud residen en la voluntad.

Debes saber...

Debes saber que para el hombre recto el impulso de faltar a la virtud nunca carece de gran bendición y utilidad. ¡Ahora, escucha! Ahí hay dos hombres: [supongamos] que uno tiene un carácter tal que no lo tiente ninguna debilidad o que esto sólo suceda en poca medida; el otro, empero, tiene una naturaleza tal que sufre tentaciones. Su hombre exterior es excitado por la presencia exterior de las cosas, sea por ejemplo, que [lo inciten] a la ira o a la vana codicia de honores o quizá a la sensualidad, según sea lo que le sucede. Pero él en sus potencias superiores se mantiene completamente firme, inmóvil, y no quiere cometer la falta, ya sea enojándose, ya sea pecando de cualquier forma, y entonces lucha fuertemente contra la flaqueza; pues puede tratarse de una debilidad [en- raizada] en la naturaleza, así como algunas personas son iracundas o soberbias o cualquier otra cosa por naturaleza y, sin embargo, no quieren cometer ese pecado. Semejante [hombre] debe elogiarse mucho más, y su

El hombre...

El hombre nunca ha de tener una opinión tan buena de una obra, ni debe ejecutarla [considerándola] tan acertada, que en ningún momento se sienta tan libre y seguro de sí mismo en las obras, que su entendimiento en ningún instante se vuelva ocioso o se duerma. Debe elevarse continuamente con las dos potencias: el entendimiento y la voluntad, y al hacerlo aprehender en grado sumo lo mejor de todo para él, y debe cuidarse con prudencia de que exterior e interiormente no le suceda ningún daño; [si procede] así, no desatenderá nunca nada, en ninguna cosa que sea, sino que progresará mucho [y] sin cesar. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Pues, a aquel....

Pues, a aquel que ha de estar bien encaminado, le debe suceder una de dos cosas: o tiene que aprender a tomar y retener a Dios en las obras, o debe dejar todas las obras. Pero, como el hombre en esta vida no puede estar sin actividades, ya que éstas pertenecen al ser-hombre, y se dan en múltiples formas, le hace falta aprender a poseer a su Dios en todas las cosas y no sentir impedimentos en ninguna obra ni lugar alguno, y por ende: cuando el principiante tiene que obrar alguna cosa junto a otras personas, ha de cerciorarse fuertemente de Dios, colocándolo fijamente en su corazón y uniendo a Él todas sus aspiraciones y sus pensamientos, su voluntad y sus fuerzas, de modo que en este hombre no pueda configurarse la imagen de ninguna otra cosa. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Vela con mucha diligencia

Vela con mucha diligencia en el servicio de Dios, y piensa de ordinario a que viniste, y por qué dejaste el mundo. ¿No es por ventura con el fin de vivir para Dios, y ser hombre espiritual? Corre, pues, con fervor a la perfección, que presto recibirás el galardón de tu trabajo, y no habrá de ahí adelante temor ni dolor en tu fin. Ahora trabajarás un poco, y hallarás después gran descanso, y aun perpetua alegría. Si permaneces fiel y fervoroso en obrar, sin duda será Dios fiel y rico en pagar. Ten firme esperanza que alcanzarás victoria, mas no conviene tener seguridad, porque no aflojes ni te ensoberbezcas. Thomas Kempis. De la imitación de Cristo o menosprecio del mundo

Es cierto

Es cierto que una obra es distinta de la otra; pero si alguien hiciera sus obras con una disposición de ánimo siempre igual, de veras, sus obras serían todas iguales; y si estuviera bien encaminado, habiéndose posesionado de Dios de dicha manera, para este [hombre] Dios resplandecería, sin duda, tan de-veladamente en la [obra] mundana como en la más divina. Pero esto no ha de entenderse, a fe mía, en el sentido de que el hombre mismo debiera hacer una cosa mundana o incorrecta, sino que ha de orientar hacia Dios todas las cosas externas que le traen la vista y el oído. Quien de tal manera tiene presen- te a Dios en todas las cosas y quien domina y usa su entendimiento en lo más elevado, sólo éste conoce la verdadera paz y posee el legítimo reino de los cielos. Maestro Eckhart. Tratados y sermones

Y en todas sus obras

Y en todas sus obras y en todas las cosas el hombre ha de usar atentamente su entendimiento y en todas ellas debe tener inteligente conciencia de sí mismo y de su interioridad y aprehender a Dios en todas las cosas de la manera más sublime que sea posible. Pues, el ser humano debe ser tal como dijo Nuestro Señor: «¡Habéis de ser semejantes a hombres que a toda hora están despiertos y esperan a su señor!» (Lucas 12, 36). A fe mía, la gente que espera así, está alerta y mira alrededor suyo [para ver] de dónde viene aquel a quien están esperando y lo aguardan en todo cuanto suceda por extraño que les resulte, [pensando] si acaso no se halla ahí. Nosotros debemos, de la misma manera, mirar conscientemente todas las cosas por [si se esconde en ellas] Nuestro Señor. Necesariamente hace falta mucha diligencia para tal [empeño], y uno no debe ahorrar gastos, dando todo cuanto puedan rendir los sentidos y potencias. Al proceder así, la gente estará bien y aprehenderán a Dios de igual modo en

Cuando fuere de mañana

Cuando f ue r e de m añana, piensa q ue no lle g a r ás a la noche, no t e a tr e v as a p r o m e t er v er la m añana. Por eso es t ate sie m p r e p r e v enido, y v i v e de t al m ane r a, q ue nunca t e halle la m ue rt e desape r cibido. M uchos  m ue r en  de  r epen t e:   po r q ue  en  la  ho r a  q ue  no  se  piensa  v end r á  el  Hi j o  del  ho m b r e. Cuando v i nie r e a q uella ho r a pos tr e r a, de o tr a sue rt e co m en z a r ás a sen t ir de t oda t u v i da pasada, y t e dole r ás m ucho de haber sido t an ne g li g en t e y pe r e z oso. ¡ Q ué biena v en t u r ado y p r uden t e es el q ue v i v e de t al m odo, cual desea le halle Dios en la ho r a de la m ue rt e! El pe r f ec t o desp r ecio del m undo, el a r dien t e deseo de ap r o v echar en las v i rt udes, el a m or de la aus t e r i dad, el tr aba j o de la peni t encia, la p r on t i t ud de la obed

Muy presto

Muy presto será contigo este negocio; mira cómo te has de componer. Hoy es el hombre y mañana no  parece. En quitándolo de la vista, se va presto también de la memoria. ¡Oh torpeza y dureza del corazón humano, que solamente piensa en lo presente, sin cuidado de lo por venir! Así habías de conducirte en toda obra y pensamiento, como si hoy hubieses de morir. Si tuvieses buena conciencia, no temerías mucho la muerte. Mejor fuera evitar los pecados que huir de la muerte. Si no estás dispuesto hoy, ¿cómo lo estarás mañana? Mañana es día incierto; y ¿qué sabes si amanecerás mañana? ¿Qué aprovecha vivir mucho, cuando tan poco nos enmendamos? ¡Ah! La larga vida no siempre nos enmienda, antes muchas veces añade pecados. ¡Ojalá hubiéramos vivido un día bien en este mundo! Muchos cuentan los años de su conversión, pero muchas veces es poco el fruto de la enmienda. Si es temeroso el morir, puede ser que sea más peligroso el vivir mucho. Bienaventurado el que tiene siempre la hora de la muerte

Reconócete

Reconócete por indigno de la divina consolación; antes bien créete digno de ser atribulado. Cuando el hombre tiene perfecta contrición, entonces le es grave y amargo todo el mundo. El que es bueno halla bastante materia para dolerse y llorar; porque ora se mire a sí mismo, ora piense en su prójimo, sabe que ninguno vive aquí sin tribulaciones. Y cuando con más rectitud se mire, tanto más halla por qué dolerse. Materia de justo dolor y entrañable contrición son nuestros pecados y vicios, en que estamos tan caídos, que pocas veces podemos contemplar las cosas celestiales. Si continuamente pensases más en tu muerte que en vivir largo tiempo, no hay duda que te enmendarías con mayor fervor.  Thomas Kempis. De la imitación de Cristo o menosprecio del mundo

Hay algo...

Hay algo que se halla en mucha gente y el hombre, si quiere, lo alcanza con gran facilidad: consiste en que las cosas con las que tiene que habérselas no lo estorban ni proyectan en él ninguna representación fija; pues allí donde el corazón rebosa de Dios, las criaturas no pueden tener ni encontrar lugar alguno. Pero no debemos contentarnos con esto; debemos aprovechar en gran medida todas las cosas, sea lo que fuere, estemos donde estemos, veamos o escuchemos lo que sea, por extraño y poco apropiado que nos resulte. Sólo entonces estamos bien y no antes, y en esto el hombre nunca debe llegar a un fin sino que puede crecer en ello sin cesar y lograr cada vez más en un progreso verdadero. Maestro Eckhart. Tratados y sermones