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Mostrando entradas de agosto, 2021
Aquellos a quienes la santa llama del Espíritu Santo ha rozado, permanecen espiritualmente en el reino del Espíritu Santo, devorados por la ardiente sed de ser digno de convertirse en sus hijos. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
El mundo, en su inmensa mayoría, no acepta el Espíritu Divino. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
En Dios no hay tragedias .Éstas solo aparecen los destinos humanos, cuyos ideales no han franqueado la frontera de esta tierra. Cristo no es de ningún modo una figura trágica. Incluso en sus sufrimientos de dimensiones, cósmicas. Durante todo el tiempo que Cristo permaneció con nosotros en la tierra, su amor estuvo unido a un intenso sufrimiento (…) . Él vivió la tragedia de toda la humanidad, pero en Él no había tragedia alguna. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
El conocimiento de sí mismo es indispensable para que ajustemos cada uno de nuestros pasos al Ser auténtico e inconmovible. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Él está en los fundamentos de nuestro ser, y su fuerza suficiente para resucitarnos de nuestra muerte. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
El creador de este mundo vive eternamente. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Podremos pasar por distintas experiencias y estados dolorosos, pero si recibimos la divina inspiración, ésta siempre estará con nosotros: a veces bajo la forma de una dulce paz, a veces con una llama ardiente, a veces como un torrente de pensamientos luminosos, a veces como alegre llanto en la oración, y también bajo otras formas parecidas. No existe nada comparable en el mundo, salvo lo que procede de Él. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Algo parecido nos puede suceder a nosotros: se acercará, conversará con nosotros, pero no lo reconoceremos, a Él, nuestro gran Dios-grande, pero dulce e inefablemente humilde-. Y cuando llegue el momento y lo reconozcamos, nuestra alma lo amara, y la inspiración sacada de este conocimiento nos llenará de bienaventuranza. conocimiento nos llenará de bienaventuranza. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Cuando estamos ante Dios en un silencio despojado de toda imagen, en una desnudez radical de la totalidad de nuestro ser, las profundidades de nuestra naturaleza se nos revelan. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
En su kenosis, Él permanece inalcanzable para nosotros. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Cuando Dios, por su Providencia, nos abandona en ciertos momentos, suscita en nosotros una oración ardiente. Abrazada a ella, el alma contempla alegre su parentesco con Cristo y su semejanza crece. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Aun cuando poseyera cuanto se ha dicho, seguiría sin ser nada al lado de aquello que yo amo en él, aquello que él no dará a nadie más que a sí mismo, aquello que debe retener de acuerdo con la justicia divina. Y por tanto, afirmo, y es verdad, que no se me puede dar nada de cuanto existe. Y esta queja que me oís expresar, dama Razón —dice el Alma—, es mi todo y lo mejor de mí si se entiende correctamente. ¡Ah, qué dulce es entender esto! Por Dios, entendedlo plenamente, pues no otra cosa es el paraíso sino ese mismo entender. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
No hay otro Dios que aquel de quien nada en absoluto puede conocerse; solo ese es mi Dios del que nada sabe decirse y al que ni siquiera todos los seres del paraíso pueden alcanzar en lo más mínimo aunque tengan algún conocimiento de él. Y en ese «más» se encierra —dice el Alma— la soberana mortificación del amor de mi espíritu, y esto es y será por siempre toda la gloria del amor de mi alma y la de todos aquellos que se entendieron. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
Si esta Alma tuviera todo el conocimiento, el amor y el loor de la divina Trinidad, todo el que jamás fue ni será dado, esto no sería nada al lado de aquello que ella ama y amará: pero este amor no lo alcanzará nunca por la vía del conocimiento. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
Si le dieran cuanto ha sido y será dado, eso no sería nada al lado de lo que ella ama y amara. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
Quien quitase a esta Alma honor, riqueza y amigos, corazón, cuerpo y vida, todavía no le habría quitado nada si le queda Dios. Por lo que se hace evidente que por mucha fuerza que se tenga no se le puede quitar nada. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
Esta Alma tiene una constancia tal que si tuviera el conocimiento completo de todas las criaturas que han sido, son y serán, ello no le parecería nada al lado de aquello que ella ama y que jamás fue ni será conocido. Pues esta Alma ama más aquello que está en Dios y que nunca fue ni será dado que no lo que ella tiene o tendría si hubiera de tener todo el conocimiento de todas las criaturas presentes y futuras. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
El alma no puede hacer sino la voluntad de Dios, ni puede tampoco querer otra cosa; y por ello ella no deja de hacer nada por Dios. Pues no deja entrar en su pensamiento nada que sea contrario a Dios, y por ello nada deja de hacer por Dios. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
Dios no tiene nada que hacer de su obra y el Alma no tiene nada que hacer más que de aquello de lo que Dios tenga algo que hacer. No se preocupa de sí misma, ¡que se preocupe Dios que la ama más de lo que ella se ama! Esta alma posee una fe tan grande en Dios que no teme ser pobre mientras su amigo sea rico. Pues Fe le enseña que tal como espere encontrar a Dios así lo encontrará; y ella espera en virtud de la fe que él sea rico y, por tanto, no puede ser pobre. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
Esta Alma no halla consuelo, afecto ni esperanza en criatura por Dios creada, ni en el cielo ni en la tierra, sino solo en la bondad de Dios. Un alma así no mendiga, no pide nada a criatura. Es el fénix que se halla solo; pues esta Alma se halla sola en Amor, que solo de él se sacia. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
Esta Alma anonadada tiene un conocimiento interior tan grande en virtud de la fe y se encuentra tan ocupada en mantener en ella lo que Fe le administra del poder del Padre, de la sapiencia del Hijo y de la bondad del Espíritu Santo que nada de lo creado permanece en su recuerdo, sino que pasa brevemente, a causa de esa otra ocupación que envuelve el entendimiento de esta Alma anonadada. Esta Alma ya no sabe obrar, pero está suficientemente excusada y eximida por creer que Dios es bueno e incomprensible. Se salva por la fe sin obras, porque la fe sobrepasa toda obra, como Amor mismo atestigua. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
¡Oh, Amor! —dice Razón—, nombrad a esta Alma por su verdadero nombre, dad algún conocimiento a los activos. Amor: Puede ser nombrada —dice Amor— por doce nombres, a saber: La muy maravillosa. La no conocida. La más inocente de las hijas de Jerusalén. Aquella sobre la que se fundamenta toda la Santa Iglesia. La iluminada de conocimiento. La ornada de amor. La viva en alabanzas. La en todo anonadada por humildad. La pacífica en estado divino por divina voluntad. Aquella que nada quiere sino la divina voluntad. La totalmente plena y satisfecha de bondad divina por obra de la Trinidad. Su último nombre es: Olvido. Estos doce nombres le da Amor. El espejo de las almas simples. Margarita Porete
El sabio y la sabiduría, el veraz y la verdad, el justo y la justicia, el bueno y la bondad, se miran mutuamente y se relacionan el uno con el otro de la siguiente manera: la bondad no fue creada ni hecha ni ha nacido; sin embargo, es parturienta y da a luz al bueno, y el bueno, en cuanto es bueno, no fue hecho ni creado y, no obstante, es niño nato e hijo de la bondad. La bondad engendra a sí misma y a todo cuanto es, en la persona del bueno: infunde en el bueno [el] ser, [el]saber, amar y obrar, todos juntos, y el bueno recibe todo su ser, saber, amar y obrar del corazón y fondo más íntimo de la bondad y solamente de ella. [El] bueno y [la] bondad no son sino una sola bondad, completamente unos en todo, a excepción de dar a luz [por una parte] y [por otra] nacer; de todos modos, el dar a luz por parte de la bondad y el nacer en el bueno, constituyen cabalmente un solo ser, una sola vida. Todo cuanto pertenece al bueno, lo recibe tanto de la bondad como en la bondad. Allí existe y viv
No hay nada en Él que sea motivo de tristeza. Quien tiene su plena voluntad y su deseo [cumplido], tiene alegría. Pero ésta no la tiene nadie sino aquel cuya voluntad es completamente una con la de Dios. ¡Que Dios nos dé esta unión! Amén. Tratados y sermones. Maestro Eckhart
Cuanto te has adentrado en Dios, tanto estás en paz, y cuanto [te hallas] apartado de Dios, tanto estás apartado de la paz. Si algo se encuentra únicamente en Dios, entonces tiene paz. Cuanto en Dios, tanto en paz. Cuánto estás adentrado en Dios o también si no es así, conócelo por lo siguiente: si tienes paz o desasosiego. Pues, ahí donde tienes desasosiego has de tenerlo necesariamente, porque el desasosiego proviene de la criatura y no de Dios. Tampoco hay nada en Dios que sea temible; todo cuanto hay en Dios sólo es digno de ser amado. Tratados y sermones. Maestro Eckhart
No te preocupes tampoco por [saber] cuál es la índole y el modo de ser que Dios da a una persona. Si yo fuera tan bueno y santo que tuvieran que levantarme [al nivel] de los santos, la gente hablaría e investigaría a su vez si era por gracia o por naturaleza lo que había en ello, y al hacerlo, se inquietarían. Eso está mal. Deja que Dios opere en ti, reconoce que la obra es suya, y no te preocupes por si Él opera junto con la naturaleza o en forma sobrenatural: ambas son suyas, la naturaleza al igual que la gracia. ¿Qué te importa la cosa con la cual le conviene obrar o lo que obra en ti o en otra persona? Él ha de obrar cómo y dónde y de qué manera le place. Tratados y sermones. Maestro Eckhart
Piensa sólo en Él y no te hagas problema por si Dios opera tus obras o si lo haces tú; porque si tú estás pensando únicamente en Él, Dios tiene que obrarlas, quiéralo o no. Tratados y sermones. Maestro Eckhart
Dios opera cosas muy grandes en numerosas personas y de esta manera los transubstancia mediante el ser divino y es Dios quien opera en ellos, pero no ellos. Tratados y sermones. Maestro Eckhart
Dios le da también a cada uno lo mejor de todo, según sabe que es lo más adecuado para él. En verdad, quien a este respecto confía completamente en Él, recibe y posee lo más exiguo lo mismo que si fuera lo máximo. Tratados y sermones. Maestro Eckhart
Dios sufre gustosamente la ignominia y las penas, y quiere de buen grado prescindir del servicio y de la loa para que aquellos que lo aman y le pertenecen tengan paz en su fuero íntimo. Entonces, ¿por qué no habríamos de tener paz, no importa lo que Él nos diera o lo que nos faltara? Escrito está y lo dice Nuestro Señor que «son bienaventurados quienes sufren por la justicia» (Mateo 5, 10). De veras, si un ladrón a quien se estuviera por colgar [y] que bien lo tuviera merecido a causa de sus hurtos, o un individuo que hubiera asesinado y a quien con justicia estuvieran por enrodar, si ellos —[digo]— pudieran llegar a comprenderlo en su fuero íntimo, [pensando]: Mira, estás dispuesto a sufrirlo en aras de la justicia pues lo tienes bien merecido, ellos obtendrían inmediatamente la bienaventuranza. De veras, por injustos que seamos, si aceptamos como justo lo que Dios nos hace o no hace, y sufrimos por amor de la justicia, entonces somos bienaventurados. Por eso, no te lamentes, laméntat
Él da a cada cual aquello que es lo óptimo para él y le resulta adecuado. Tratados y sermones. Maestro Eckhart