No te preocupes tampoco por [saber] cuál es la índole y el modo de ser que Dios da a una persona. Si yo fuera tan bueno y santo que tuvieran que levantarme [al nivel] de los santos, la gente hablaría e investigaría a su vez si era por gracia o por naturaleza lo que había en ello, y al hacerlo, se inquietarían. Eso está mal. Deja que Dios opere en ti, reconoce que la obra es suya, y no te preocupes por si Él opera junto con la naturaleza o en forma sobrenatural: ambas son suyas, la naturaleza al igual que la gracia. ¿Qué te importa la cosa con la cual le conviene obrar o lo que obra en ti o en otra persona? Él ha de obrar cómo y dónde y de qué manera le place. Tratados y sermones. Maestro Eckhart

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