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Mostrando entradas de junio, 2021
La mujer del Evangelio testifica esto cuando dice: «Con sólo tocar la orla de su vestido sanaré». Ella fue curada físicamente; y mucho más lo serás tú de tu enfermedad espiritual por esta encumbrada y sublime obra en que tu deseo llega hasta tocar al mismo ser de Dios, querido por sí mismo. El libro de la Orientación Particular. Anónimo
Abísmate en lo más profundo de tu alma y piensa en ti de esta manera simple y elemental. (Otros, refiriéndose a lo mismo, desde su propia experiencia, hablan del «ápice» del alma, y llaman a esta conciencia la «más alta sabiduría humana»). De todos modos, no pienses en lo que eres sino que eres o existes. Pues sin duda percibir lo que eres exige el esfuerzo de tu inteligencia y una buena dosis de reflexión y sutil introspección. Pero esto ya lo has hecho bastante tiempo con la ayuda de la gracia; y hasta cierto punto (en la medida en que te es necesario por el momento) entiendes lo que realmente eres -un ser humano por naturaleza, y un ser despreciable, caído por el pecado, digno de compasión-. Tú sabes bien esto. Y probablemente crees también que tú solo conoces demasiado bien, por experiencia, los vicios que siguen y se apoderan del hombre a causa del pecado. ¡Recházalos! ¡Olvídalos, te lo ruego! No reflexiones más sobre ellos por miedo a contaminarte. Recuerda, más bien, que p
En esta obra de contemplación, por tanto, has de pensar en él y en ti de la misma manera: esto es, con la simple conciencia de que él es como es y de que tú eres como eres. En este sentido tu pensamiento no quedará dividido o disperso, sino unificado en él, que es el todo. El libro de la Orientación Particular. Anónimo
Quiero que el pensamiento que tienes de ti mismo sea tan puro y simple como el que tienes de Dios. Así podrás estar espiritualmente unido a él sin fragmentación alguna y sin disipación de tu mente. Él es tu ser y en él tú eres lo que eres, no sólo porque él es la causa y el ser de todo lo que existe, sino porque él es tu causa y el centro profundo de tu ser. El libro de la Orientación Particular. Anónimo
En una u otra medida el camino de la cruz me acompaña incluso en mi vejez. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Mientras el corazón siente la presencia de Dios, nosotros estamos en paz, transportados por el amor hacia él. Pero cuando Él se retira y no siento su acción en mí, la conciencia de mi debilidad me aflige y de nuevo me hace sufrir. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Hay una sola tarea: encontrar al Dios verdadero, es decir, al creador de todo ser, y vivir eternamente en unión con Él. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Insisto una y otra vez en que en la raíz de todos los males está el orgullo; en están la muerte y las tinieblas. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Cuando te retires a hacer oración tú solo, aparta de tu mente todo lo que has estado haciendo o piensas hacer. Rechaza todo pensamiento, sea bueno o malo. No ores con palabras a no ser que te sientas movido a ello; y si oras con palabras, no prestes atención a si son muchas o pocas. No ponderes las palabras ni su significado. No te preocupes de la clase de oraciones que empleas, pues no tiene importancia que sean oraciones litúrgicas oficiales, salmos, himnos o antífonas; o que tengan intenciones particulares o generales; o que las formules interiormente con el pensamiento o las expreses en voz alta con palabras. Trata de que no quede en tu mente consciente nada a excepción de un puro impulso dirigido hacia Dios. Desnúdala de toda idea particular sobre Dios (cómo es él en sí mismo o en sus obras) y mantén despierta solamente la simple conciencia de que él es como es. Déjale que sea así, te lo pido, y no le obligues a ser de otra manera. No indagues más en él, quédate en esta fe como e
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  En la raíz de todo progreso espiritual está el sentimiento abrumador de nuestra “ pobreza “.     Esta conciencia constituye la fuente de energía para la oración y, al mismo tiempo, el sólido fundamento sobre el cual se construirá todo el edificio de la salvación, hasta sus cimientos; después recibiremos una “ gran recompensa en los cielos “ (Mt 5,3-16). La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Nuestro lote en la tierra es ser “ pobres de espíritu “. Apenas nos abandonamos al engañoso reposo de la autocomplacencia, y ya el Espíritu de vida que procede del Padre nos abandona. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Sin palabras, con un grito inarticulado, el alma ora en el desierto del mundo. En algún lugar, en su profundidad, se esconde la esperanza. Desaparece la nube del abandono de Dios y el sol sale de nuevo. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Una intuición interior anima al alma, atada a las cadenas invisibles, aún no rotas, de la ley del pecado; estas cadenas no pueden ser rotas por nuestras propias fuerzas, sino por la acción del Todopoderoso, nuestro Dios salvador.   La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  La oración es una energía de índole particular. Es la fusión de dos actividades: la nuestra, creada, y la de Dios, increada. En cuanto tal, la oración está en el cuerpo y fuera de él; incluso fuera de este mundo, fuera del espacio y del tiempo. Cuando nosotros nos encontramos en un estado de bienaventurado estupor por la visión de la santidad de Dios y, al mismo tiempo, en la desesperación por nuestra extrema indignidad ante un Dios así, la oración llega a un intenso sobresalto del espíritu, haciendo saltar el círculo estrecho de la pesadez material. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  “ Todo “ el hombre sufre al presentarse ante el Dios eterno, pero estos sufrimientos no matan sino que vivifican. Los tormentos del espíritu son, en su esencia, metafísicos. Pertenecen al luminoso reino de la inmortalidad. A través de ellos ascendemos más allá de los límites de la materia hasta el mundo de la Luz increada. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  No podemos comprender el designio de Dios sobre nosotros: de la “ nada “ nos creó iguales a él, dioses. Y todo nuestro ser, en el humilde enternecimiento del corazón, se prosternar ante Él: no como ante un señor riguroso, sino como ante un Padre, con un humilde amor. En la raíz de todas las tragedias del género humano está el orgullo. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  El ansía comunicarnos su “ Vida infinita “, hacernos semejante a su Hijo-sello de la perfecta semejanza del Padre-hasta la perfección. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  El pronuncia una frase corta y toda una vida no es suficiente para agotar su contenido. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
El triunfo del conocimiento de dios despierta en el alma una profunda compasión por toda la humanidad. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
Cuando en el plano humano queremos a alguien, mencionamos con gusto su nombre y no nos cansamos de repetirlo. Esto es incomparablemente más verdadero cuando evocamos el nombre del Señor. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Nuestra vida en la tierra no es más que un breve instante, otorgado por la bondad de nuestro Padre para que penetremos en el amor kenotico de Cristo; amor que supera nuestra inteligencia. Fuera de este camino nadie puede “ llenarse de la plenitud de Dios “ (Efesios 3,19). La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  La oración de compasión es en realidad Dios mismo orando en mí. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Yo he comprendido que la causa de los tormentos de los hombres no es la ausencia de compasión hacia nosotros por parte de Dios, sino únicamente al mal uso que el hombre hace del don de la libertad. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Nosotros no solo hemos rechazado a dios, sino que además lo hemos matado, le hemos procurado una muerte infamante. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Podemos intuir qué significa la humildad de dios diciendo que consiste en la disposición a aceptar las heridas que le infligen los seres que él mismo ha creado. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  La humildad es un atributo natural de su amor. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
El no irrumpe en el interior de nuestro corazón si nosotros no le permitimos entrar. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Tú, Cristo, me llamaste a la fe, a la aceptación de la revelación de que el Padre nos ama como te ama a Ti, su Hijo unigénito. Dios se ha mostrado en nuestra carne tal como es: humilde. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Durante años, fluctuamos entre estados de sufrimiento y estados de consolación venida de lo Alto. Estos vaivenes educan nuestro espíritu y lo capacitan para nuevas formas de pensar y de percibir el Ser en general. Una sistematización racional es posible, hasta cierto punto, en la teología académica; pero nunca y de ningún modo con las palabras vivas que tratan de la auténtica vida de nuestro espíritu. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  (...) Los mandamientos de amar a Dios y al prójimo no los podemos cumplir si no nos “ despojamos del hombre viejo “ y nos “ revestimos del hombre nuevo “ (Col 3,9-10; Ef 4,24), Cristo descendido del cielo hasta nosotros (1 Cor 15,47). La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  No me atrevía a pensar que era Dios quien actuaba en mí; sentía esta fuerza como si fuera mía. Y solo cuando el fuego del arrepentimiento me dejó, me di cuenta de que era Cristo quien me había dado la gracia de acercarme a Él. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Si Él no fuera Dios manifestado en nuestra carne, sino solamente un ser creado semejante a nosotros, entonces, ontológicamente, tales ideas no hubieran podido ocurrírsele. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony
  Para ser salvado, cada hombre ha de pasar por una “ puerta “ muy estrecha para desvestirse de su “túnica de piel “, con la que se cubrió después de la caída (Génesis 3,21). La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony