Tú, Cristo, me llamaste a la fe, a la aceptación de la revelación de que el Padre nos ama como te ama a Ti, su Hijo unigénito. Dios se ha mostrado en nuestra carne tal como es: humilde.

La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría