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Mostrando entradas de febrero, 2020

El agua caliente

Así como el agua caliente, no estando cubierta, fácilmente pierde calor, y como las especies aromáticas, desenvueltas, van perdiendo la fragancia y fuerza de su olor, así el alma no recogida en un solo apetito de Dios, pierde el valor y vigor en la virtud.  San Juan de la cruz. Subida al monte Carmelo 

La voluntad repartida

El alma que tiene la voluntad repartida en menudencias es como el agua que, teniendo por donde se derramar hacia abajo, no crece para arriba, y así no es de provecho.  San Juan de la cruz. Subida al monte Carmelo

En nuestro catecismo

En nuestro catecismo admitimos que Dios está en todas partes, pero luego decimos que Jesucristo es Dios, y a menudo usamos este misterio para localizar y antropomórfizar a Dios. Es cierto que Jesucristo es Dios, pero sigue siendo el Incognoscible, el Incomprensible, el No-localizable. A pesar de su Encarnación y de su Evangelio, no conocemos su voluntad como conocemos un plan de cualquier gobierno. A pesar de su Encarnación permanece escondido y a pesar de la claridad del Evangelio su voluntad solo se conoce en la incertidumbre de una búsqueda continua. Franz Jalics. El encuentro con Dios 

Por el camino

Por el camino de una piadosa humildad regresamos a ti y tú nos purificas de nuestros malos hábitos y te muestras propicio para los que te confiesan sus pecados, escuchas los gemidos de los que están presos con los pies en los grilletes y nos sueltas de las cadenas que nosotros mismos nos forjamos. Pero esto lo haces sólo cuando ya hemos renunciado a envalentonarnos ante ti con la afirmación de una falsa libertad, con la avaricia de tener más o el temor de perderlo todo, amando así más lo nuestro que a ti, supremo bien de todos. San Agustín. Confesiones

Dios

Dios se nos escapa, estamos desarmados ante Él y solo podemos descubrir la dirección en la cual se encuentra. Podemos admirarlo o adorarlo, pero tenemos que renunciar para siempre a una definición suya y renunciar también a la conciencia tranquila de lo que hemos encontrado. Conocer a Dios es seguir buscándolo. Franz Jalics. El encuentro con Dios 

En la concepción...

En la concepción religiosa popular, Dios aparece a menudo con tanta claridad, y definido con tanta precisión, que se asemeja a algo conocido con exactitud. Su actitud ante la vida parece ser tan simplista, sus preceptos tan absolutamente conocidos , que destruyen en gran parte la responsabilidad humana. La religión  parece excluir toda búsqueda y toda reflexión para reducirse a la mera puesta en práctica de preceptos conocidos.  Franz Jalics. El encuentro con Dios 

Fe, esperanza y amor

El hombre que actúa en fe, esperanza y amor ante otro ser humano, actúa ante Dios con esa misma capacidad de relacionarse personalmente, aunque alcance una profundidad que trasciende aquella relación. Franz Jalics. El encuentro con Dios 

Hay por ventura

¿Hay por ventura un tiempo o un lugar en que sea o haya sido injusto amar a Dios con todo el corazón, con todas las fuerzas y con toda el alma y al prójimo como a uno mismo? San Agustín. Confesiones

El hombre

El hombre puede, de hecho, tomar conciencia de su relación con Dios, puede ponerse en presencia de lo sagrado, de un “ Tu “ absoluto, y adoptar una actitud personal, respetuosa, interesada y, dialogal; ponerse en su punto de vista y actuar con confianza y amor. Franz Jalics. El encuentro con Dios

Cuando reparas

Cuando reparas en algo, dejas de arrojarte al todo. Porque para venir del todo al todo, has de negarte del todo en todo. Y cuando vengas del todo a tener, has de tenerlo sin nada querer. Porque si quieres tener algo en todo, no tienes puro en dios tu tesoro. San Juan de la Cruz. Subida al monte Carmelo 

Para venir a gustarlo todo

Para venir a gustarlo todo. No quieras tener gusto nada. Para venir a poseerlo todo. No quieras poseer algo en nada. Para venir serlo todo. No quieras ser algo en nada. Para saber para venir a saberlo todo. No quieras saber algo en nada. Para venir a lo que no gustas. Has de ir por donde no gustas. Para venir a lo que no sabes. Has de ir por donde no sabes. Para venir a lo que no posees. Has de ir por donde no posees. Para venir a lo que no eres. Has de ir por donde no eres.  San Juan de la Cruz. Subida al monte Carmelo 

Ignoraba

Totalmente ignoraba yo que Dios es un ser espiritual; que no tiene masa ni dimensiones ni miembros. La masa de un cuerpo es menor en cualquiera de sus partes que en su totalidad y aun cuando se pensara en una masa infinita, ninguna de sus partes situadas en el espacio igualaría su infinidad y, así, un ser cuanto que no es espiritual como Dios, no puede estar totalmente en todas partes. San Agustín. Confesiones

Y para mortificar

Y para mortificar y apaciguar las cuatro pasiones naturales, que son: gozo, esperanza, temor y dolor, de cuya concordia y pacificación salen estos y los demás bienes, es total remedio lo que sigue, y de gran merecimiento y causa de grandes virtudes. Procure siempre inclinarse: No a lo más fácil, sino lo más dificultoso. No a lo más sabroso, sino lo más desabrido. No es lo más gustoso, sino antes a lo que da menos gusto. No a lo que es descanso, sino a lo trabajoso. No a lo que es consuelo, sino antes al desconsuelo. No a lo más, sino a lo menos. No a lo más alto y precioso, sino lo más bajo y despreciado. No a lo que es querer algo, sino a no querer tener nada. No andar buscando lo mejor de las cosas temporales, sino lo peor. Y desear entrar en toda desnudez y vacío y pobreza por Cristo de todo cuanto hay en el mundo.  San Juan de la cruz . Subida al monte Carmelo 

Cualquiera gusto

Cualquiera gusto que se le ofreciere a los sentidos, como no sea puramente para honra y gloria de Dios, renúncielo y quédese vacío de él por amor de Jesucristo, el cual en esta vida no tuvo otro gusto,  ni le quiso, que hacer la voluntad de su Padre, lo cual llamaba el su comida y manjar. Jn. 4,34. San Juan de la cruz subida al monte Carmelo 

Un ordinario apetito

Traiga un ordinario apetito de imitar a Cristo en todas sus cosas, conformándose con su vida, la cual debe considerar para saber imitar y haberse en todas las cosas como si hubiera él. San Juan de la cruz. Subida al monte Carmelo 

Por qué escalones...

¡Ay! ¡Por qué escalones fui bajando hasta lo profundo del infierno! Te lo confieso ahora a ti, que me tuviste misericordia cuando aún no te confesaba: acongojado y febril en mi indigencia de verdad, yo te buscaba; pero no con la inteligencia racional que nos hace superiores a las bestias, sino según los sentimientos de la carne. Y tú eras interior a mi más honda interioridad y superior a cuanto había en mí de superior. San Agustín. Confesiones

El mal y el fracaso

El mal y el fracaso provocan una búsqueda de sentido y posibilitan la percepción del sentido total, lo que es una percepción casi religiosa. Franz Jalics. El encuentro con Dios

Uno diría

Uno diría que el mal nos hace dudar de Dios . Pero precisamente por eso conduce una percepción religiosa, ya que cuestiona el sentido total. El mal es un símbolo que no tiene significado, no tiene sentido. Y entonces empezamos a buscar angustiosamente el sentido y esta búsqueda evidencia en los otros que la vida tiene sentido aunque no lo percibamos. Esta búsqueda frente a la desorientación percibiendo la dimensión religiosa de la vida sin sentido, puede hacernos comprender que la vida tiene sentido. Franz Jalics. El encuentro con Dios

Todo ser humano

Todo ser humano reconoce que en un encuentro personal, en el amor, hay un valor humano profundo. El amor plenifica. Sin embargo, muchos lo perciben como algo completo y cerrado en sí que no reclama a Dios y no orienta hacia dios. (...) Pero el encuentro humano puede revelar la presencia de Dios y el hombre, en los momentos de gran plenitud, puede percibir la misma plenitud del encuentro, como símbolo de una plenitud más grande. Franz Jalics. El encuentro con Dios

Más ciertas...

Más ciertas que los cuerpos que vemos en la tierra son las imágenes de cuerpos que en realidad existen y más reales que éstas son los cuerpos mismos, pero nada de eso eres tú. Tampoco eres el alma que da vida a los cuerpos y por eso es mejor y más cierta que los cuerpos, la vida. Tú, en cambio, eres la vida de las almas, vida de toda vida; vida tú mismo, indefectible vida. San Agustín. Confesiones

Mientras viva

Mientras viva disperso en las cosas y detalles y mientras no esté unificado en mí, no puedo ver significados religiosos, porque Dios aparece de un modo simbólico en la totalidad. Lo sagrado no son las cosas, sino la realidad misma. Franz Jalics. El encuentro con Dios

En el encuentro

En el encuentro humano, en el don de sí mismo a otra persona, hay una intensificación de la vida y, por lo tanto, es un momento privilegiado de la percepción de lo divino. Franz Jalics. El encuentro con Dios

Incendios

¡Qué incendios los míos, Señor, por volar hacia ti lejos de todo lo terrenal! No sabía yo lo que estabas haciendo conmigo tú, que eres la Sabiduría. "Filosofía" llaman los griegos al amor de la sabiduría y, en ese amor me hacían arder aquellas letras. San Agustín. Confesiones

Todo

Todo lo que nos unifica, nos ahonda o nos recoge interiormente será un medio para encaminarnos hacia la percepción de lo divino. Franz Jalics. El encuentro con Dios

Vivir

Vivir que la realidad divina es más íntima que lo más íntimo de mí mismo, me abre la posibilidad de percibir significados divinos a mi alrededor. Franz Jalics. El encuentro con Dios

La raíz

Cuanto más me acerco a la raíz de donde brota toda mi existencia consciente, tanto más me hago apto para sentir que estoy en las manos de Dios. Franz Jalics. El encuentro con Dios

El sentido

El sentido de lo divino surge desde adentro, de modo que cuanto más me acerco al fondo de mí mismo, más me acerco a Dios y más puedo percibir Su presencia simbolizada y realizada en mi propia realidad. Franz Jalics. El encuentro con Dios

Amas

Amas las almas de tus hijos con amor más alto y más puro que el nuestro; la tuya es una misericordia incorruptible y, cuando nos compadeces, nuestro dolor no te lastima San Agustín. Confesiones

La percepción

La percepción de lo divino supone un silencio interior que permite estar atento a la realidad misma y no solo lo que se mueve en la superficie. El hombre superficial no recoge el significado divino de la vida. La percepción de lo hondo supone una interioridad atenta. Franz Jalics. El encuentro con Dios

Lo divino

Lo divino aparece como una dimensión muy honda de la realidad misma. Aparece en la totalidad y da sentido a la totalidad y por lo tanto, aparece cuando uno empieza tomar distancia de los detalles, de las cosas, del universo entero. Franz Jalics. El encuentro con Dios