Y para mortificar y apaciguar las cuatro pasiones naturales, que son: gozo, esperanza, temor y dolor, de cuya concordia y pacificación salen estos y los demás bienes, es total remedio lo que sigue, y de gran merecimiento y causa de grandes virtudes. Procure siempre inclinarse: No a lo más fácil, sino lo más dificultoso. No a lo más sabroso, sino lo más desabrido. No es lo más gustoso, sino antes a lo que da menos gusto. No a lo que es descanso, sino a lo trabajoso. No a lo que es consuelo, sino antes al desconsuelo. No a lo más, sino a lo menos. No a lo más alto y precioso, sino lo más bajo y despreciado. No a lo que es querer algo, sino a no querer tener nada. No andar buscando lo mejor de las cosas temporales, sino lo peor. Y desear entrar en toda desnudez y vacío y pobreza por Cristo de todo cuanto hay en el mundo. San Juan de la cruz . Subida al monte Carmelo