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Mostrando entradas de mayo, 2019

Quien no permite

Quien no permite que la sequedad y la impotencia abatan y turben su espíritu, sino que se deja guiar pacíficamente por Dios a través del desierto y no desea más apoyo ni guía que la pura fe y confianza en solo Dios, será conducido hasta la tierra prometida. Gustará la paz y la alegría de la unión con Dios. Tendrá, sin ver, una habitual, consoladora, oscura y misteriosa conciencia de su Dios, que está presente y actúa en todos los acontecimientos de la vida. Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Tan pronto

Tan pronto como hay una indicación razonable de que Dios atrae al espíritu hacia el camino de la contemplación, tenemos que permanecer en paz, en una oración completamente simplificada, despojada de actos y reflexiones y limpia de imágenes, que espera, en el vacío y la expectación vigilantes, que se haga en nosotros la voluntad de Dios. En esta espera no debe haber ansiedad ni hambre deliberada de experiencia alguna que esté al alcance de nuestro conocimiento o memoria, porque toda experiencia que podamos comprender o entender será inadecuada e indigna del estado al que Dios quiere llevar a nuestras almas.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

En cuanto

En cuanto pedimos algo para nosotros mismos, o incluso confiamos en que alguna acción propia nos procure una intensificación más profunda de este puro y sereno reposo en Dios, manchamos y desperdiciamos el don perfecto que Él desea comunicarnos en el silencio y el reposo de nuestras facultades. Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Hemos de entender

Hemos de entender en lo más profundo de nuestro ser que el don del entendimiento es un puro don de Dios, que ningún deseo, ningún esfuerzo, ningún heroísmo por nuestra parte puede en modo alguno merecer ni obtener. No hay nada que podamos hacer directamente para procurarlo, ni para preservarlo o acrecentarlo.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Escucha, Dios

Escucha, Dios. Yo nunca hablé contigo. Hoy quiero saludarte. ¿Cómo estás? Tú sabes, me decían que no existes.  Y yo, tonto, creí que era verdad. Anoche vi tu cielo. Me encontraba oculto en un hoyo de granada. Quién iría a creer que para verte bastaba con tenderse uno de espaldas. No sé si aún  querrás darme la mano. Al menos creo que me entiendes. Disculpa, debo irme. La ofensiva será horrible esta noche. Quién sabe, tal vez llame yo a tu puerta. ¿Me recibirás si hasta ti llego? Tarde te descubrí, cuánto lo siento. ¡Qué raro! Sin temor voy a la muerte. PLEGARIA DE UN SOLDADO El texto anterior se encontró en el bolsillo de un soldado muerto en acción durante una de las tantas terribles guerras del siglo XX.

Sin soledad

Sin soledad no existe verdadero recogimiento. Sin verdadero recogimiento no existe verdadera oración. Sin verdadera oración no somos más que cáscaras de huevo vacías. Raymond. Trapense. Tres Monjes Rebeldes

Nuestra actividad

Nuestra actividad personal es casi siempre un obstáculo para la infusión de esta luz pacífica y pacificadora, salvo si Dios exige de nosotros ciertos actos y obras de caridad o de obediencia, por medio de los cuales nos mantiene en  profunda unión experimental con Él, porque Él lo quiere, no por fidelidad nuestra de ninguna clase. Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Vacíate

Vacíate, y contempla que yo soy Dios. Thomas Merton OSB (traducción del Salmo 46,10). Nuevas semillas de contemplación

Aprendemos

Aprendemos de verdad la oración y el amor en el momento en que la oración se nos vuelve imposible y nuestro corazón se hace de piedra.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Cuando Dios

Y cuando Dios se revela nosotros en la contemplación, tenemos que aceptarlo tal como Él llega a nosotros, en Su oscuridad, en Su silencio, sin interrumpirlo con razonamientos, palabras, concepciones o actividades que pertenecen al nivel de nuestra tediosa y penosa existencia.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

El desconcierto

El desconcierto, la oscuridad y la angustia causados por nuestros deseos impotentes prueban el éxito de nuestra oración. Pues si esta tiende sobre todo a establecer en nuestra alma un contacto vital de amor con el Dios vivo, entonces, mientras sólo produzca imágenes, ideas y afectos que podamos comprender, sentir y apreciar, aún no ha realizado toda su tarea. Pero cuando supera el nivel de conocimiento y de la imaginación, realmente nos está acercando más a Dios, ya que nos introduce en las tinieblas donde ya no podemos pensar en Él y, consiguientemente, nos vemos obligados a tender hacia Él a través de una fe, una esperanza y un amor ciegos.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

La fe no es mera conformidad

La fe no es mera conformidad, sino que es vida y abarca todos los ámbitos de la vida, pues penetra en las profundidades más misteriosa se inaccesibles no sólo de nuestro desconocido ser espiritual, sino también de la esencia y el amor escondidos de Dios. Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Cuanto más se acerca

Cuanto más se acerca alguien a Dios, tanto menos le importa entenderle a Él o cualquier cosa relacionada con Él.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Las distracciones

Si nunca hemos tenido distracciones no sabemos orar, ya que el secreto de la oración es el hambre de Dios y de la visión de Dios, un hambre que se encuentra en un nivel mucho más profundo que el del lenguaje o el afecto. Y quien es perseguido por su memoria e imaginación con una multitud de inútiles incluso malos pensamientos e imágenes, puede a veces verse obligado a orar mucho mejor, en las profundidades de su corazón asesinado, que aquel cuya mente está repleta de conceptos claros, propósitos brillantes y actos de amor fáciles. Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Es inútil que nos atormentemos

Es inútil que nos atormentemos cuando no podemos librarnos de las distracciones. En primer lugar, tenemos que comprender que a menudo son inevitables en la vida de oración. La necesidad de arrodillarse y sentirse sumergido bajo el oleaje de imágenes incoherentes y absurdas es una de las pruebas comunes de la vida contemplativa. Si pensamos que estamos obligados a rechazarlas usando un libro y aferrarnos a sus máximas, y permitimos así que nuestra oración degenere en un periodo de simple lectura espiritual, perdemos una gran cantidad de fruto. Nos resultaría mucho más provechoso resistir pacientemente las distracciones y aprender algo de nuestra impotencia e incapacidad. Porque si nuestro libro se convierte en un mero anestésico, probablemente haya arruinado nuestra oración, en lugar de fomentarla. Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

El fin real de la oración

El fin real de la oración es enseñarnos a tomar conciencia de la presencia de Dios, y llevarnos a un estado casi constante de atención amorosa a Dios y dependencia de Él.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

El secreto de La Paz

El secreto de la paz interior es el desprendimiento. Quien está dominado por todos los confusos y cambiantes deseos de su voluntad no puede experimentar el recogimiento. Y aún cuando tales deseos tiendan hacia los bienes de la vida interior, el recogimiento, la paz y los goces de la oración, si no son más que deseos naturales y egoistas, harán que el recogimiento resulte difícil y hasta imposible.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

Paz interior

Nunca podremos tener paz interior y recogimiento perfectos si antes no nos hemos desprendido incluso del deseo de paz y recogimiento. Jamás podremos orar perfectamente si antes no nos hemos desprendido de las satisfacciones de la oración.  Si renunciamos a todos esos deseos y buscamos una sola cosa, la voluntad de Dios, él nos dará el recogimiento y la paz en medio de los trabajos, los conflictos y las pruebas.  Tomás Merton. Nuevas semillas de contemplación

En la paz del corazón

En la paz del corazón se disipan las inquietudes sobre ti mismo. Lo más importante para ti es descubrir que Dios te ama. Y su amor es presencia y perdón. Es porque su perdón irradia confianza en que la paz del corazón es posible y hasta cierta. El te ama incluso si tú piensas en no amarle. Y vendrá un día  en que tú le dirás: te amo, quizá no como yo quisiera, pero te amo. Frère Roger de Taizé. Cartas de Taizé

Los estados de sequedad espiritual

Los estados de sequedad espiritual A los estados de sequedad espiritual no hay que darles importancia. Querer luchar contra ello es como pretender cambiar el ciclo cósmico. De forma natural hay otoños, inviernos… y primaveras: todo pasa. No hay que esperar nada cuando hacemos oración: el que espera algo es el ego.

La imagen

La imagen Cada uno tiene una imagen de sí mismo, la que él se crea, la que le dan los otros, etc. La sociedad nos habla de “proteger la imagen”. Cuando el entorno no respeta la imagen que uno tiene, nos resentimos por dentro, nuestra sensibilidad brama. A veces uno muestra distintas imágenes en distintas situaciones. Cuando ejercemos un papel, preferimos esconder lo que somos y mostrar otra imagen: la vida así es como un teatro. Ofrecer distintas imágenes es ofrecer apariencias, es representar una comedia. El actor esconde su personalidad y muestra otra. Nuestra preocupación por la imagen es reflejo de una carencia interior del ser. Cuando vivimos desde el silencio interior no cabe el teatro. La verdadera vida se halla cuando no hay imágenes. Uno se siente vivo cuando se da cuenta de ello. La verdad es la desnudez. Lo que no pasa, lo que permanece, es lo que somos.

El desorden interior

El desorden interior Puede ocurrir que un cierto desorden se adueñe de nosotros en las horas de silencio. Esta experiencia llega a ser un tormento. Nos topamos con el caos que hay en nuestro interior. Lo que en la vida no se ha asumido siempre nos golpea. El mundo inconsciente aparece consciente. Pero no hay que sentirse culpables ni avergonzarse de nada, simplemente hay que mirarlo. No hay que sentir ningún apuro ni escalofrío. Y así se irá aquietando todo, y el fondo de la vida se hará presente. Ante el desorden interior es bueno contemplar la naturaleza. Buscar su belleza, su armonía, su equilibrio. Así despertará en nuestro interior el orden, y con él, la belleza y el perfume de la vida. La experiencia interior del silencio nos va ordenando. Nos pone en armonía. Dentro encontramos el sosiego, la calma. Cuando hacemos silencio, no hay que hacer nada, todo se recoloca y se asienta por sí solo. “El agua revuelta no refleja nada, pero el tiempo devuelve al agua su ser cr

Las distracciones

Las distracciones La imaginación y la reflexión pueden arrastrarnos y llevarnos de “excursión”. También lo de fuera es atrayente. Y cambiante: si nos fijamos en lo de fuera, nos ponemos interiormente en movimiento, y el silencio nos abandona. Dejamos de orar. Durante el silencio uno recibe muchas “visitas”: ideas, conceptos, recuerdos, fantasías, etc. Son resistencias internas al silencio. Son, en el fondo, pasado y exterior. Es muy fácil confundirnos con las visitas. Pero podemos limitarnos simplemente a verlas pues “el ojo que ve agresividad no tiene por qué estar lleno de agresividad”. Debemos dejar que tranquilamente que se disipen las visitas, sin identificarnos con ellas. “Existe un ‘parkinson’ espiritual que manifiesta nuestra confusión. Este pasaje de la Biblia [Gn 1,1-2] que estamos comentando dice que al principio existía la dispersión. Este origen expresa nuestra propia situación; es decir, el estado en que nos encontramos cuando nos disponemos a encontrar nuest

Para prestar atención

Artículo  publicado originalmente en la web de los Dominicos de España Para prestar atención a la oración es necesario acallar el ego. El silencio es la descolonización del ego. El ego es el centro de nuestro afán de tener, saber y poder: es el trío que nos domina. “Lo propio del ego es alcanzar, conquistar, llegar, tener, poseer; lo propio del interior es dar, ofertar, regalar, ofrecer, sencillamente dar […]. El ego vive con gran inseguridad apoyándose en lo que logra, en lo que tiene […]. Por el contrario, cuando uno está en el plano interior, allí no se teme nada porque ya se ha ganado todo” (Desde, 113). “Y también le preguntan al monje: ‘¿Pero cómo has huido del mundo?’. Y él decía: ‘No, no, yo no he huido del mundo, es el mundo quien ha ido huyendo de mí. Se ha ido todo lo que no necesito”  (Desde, 94). Nuestro ego necesita siempre alimentarse de ideas y pensamientos para sentirse que está vivo. Sólo presta atención a lo complejo, por eso no valora la experiencia d

Los contemplativos

A veces los contemplativos piensan que tienen que encontrar todo el fin y la esencia de su vida en el recogimiento, la paz interior y el sentido de la presencia de Dios. Y se apegan a estas cosas. Pero el recogimiento es una cosa creada, lo mismo que un automóvil. El sentido de paz interior no es menos creado que una botella de vino. La conciencia experiencial de la presencia de Dios es verdaderamente una cosa tan creada como un vaso de cerveza. La única diferencia es que el recogimiento, la paz interior y el sentido de la presencia de Dios son placeres espirituales, y los otros son materiales. El apego a las cosas espirituales es un apego del mismo género que el amor desordenado a cualquier otra cosa. La imperfección puede ser más secreta y sutil, pero, desde un cierto punto de vista, eso solo hace que sea más perjudicial, porque resulta más difícil de reconocer. De ahí que muchos contemplativos nunca lleguen a ser grandes santos, nunca entren en íntima amistad con Dios, nunca encuen

la libertad

La libertad es un talento dado por Dios, un instrumento de trabajo. Es la herramienta con que construimos nuestra vida, nuestra felicidad. No debemos sacrificar jamás nuestra verdadera libertad, porque si la sacrificamos, renunciamos al mismo Dios. Sólo hay que sacrificar la falsa espontaneidad del capricho, la pseudo libertad del pecado. Tenemos que defender nuestra verdadera libertad con la vida misma, ya que es el elemento más precioso de nuestro ser. Es ella la que nos hace personas, constituidas a imagen de Dios. La iglesia, sociedad sobre-natural, tiene como una de sus principales funciones la de preservar nuestra libertad espiritual como hijos de Dios.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

La alegría

La alegría del amor místico a Dios brota de una liberación de todo egocentrismo por la aniquilación del menor rastro de orgullo. No deseamos ser exaltados, sino únicamente humillados; no ser grandes, sino pequeños a nuestros ojos y a los del mundo, porque la única manera de entrar en esa alegría es un menguar hasta desaparecer y ser absorbidos en Dios a través del centro de nuestra nada. El único modo de poseer Su grandeza es pasar a través del ojo del aguja de nuestra insuficiencia absoluta.  Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

En cada uno de nosotros

En cada uno de nosotros anida un profundo deseo de tener experiencia de Dios, de olvidarnos de nosotros mismos dentro de Dios, de hacernos una sola cosa con Él en el silencio. Esta identificación con Dios puede ser una experiencia personal. Me siento en silencio delante de Dios. Dejo que Dios me mire y dirijo mi mirada hacia Él. Mientras miro, me olvido de mí mismo. Me siento querido, mirado, y estoy ahí: así, sin más. Anselm Grün OSB. La mística: Descubrir el espacio interior

El deseo

En el deseo profundo de Dios tenemos ya la experiencia de Dios. Anselm Grün OSB. La mística: Descubrir el espacio interior

Ese misterio

Ese misterio último que nos rodea por todas partes y que los creyentes llamamos “Dios” no es algo lejano y distante. Está con todos y cada uno de nosotros. ¿Cómo lo puedo saber? ¿Es posible creer de manera razonable que Dios está conmigo, si yo no tengo alguna experiencia personal por pequeña que sea? De ordinario, a los cristianos no se nos ha enseñado a percibir la presencia del misterio de Dios en nuestro interior. Por eso, muchos lo imaginan en algún lugar indefinido y abstracto del Universo. Otros lo buscan adorando a Cristo presente en la eucaristía. Bastantes tratan de escucharlo en la Biblia. Para otros, el mejor camino es Jesús. El misterio de Dios tiene, sin duda, sus caminos para hacerse presente en cada vida. Pero se puede decir que, en la cultura actual, si no lo experimentamos de alguna manera dentro de nosotros, difícilmente lo hallaremos fuera. Por el contrario, si percibimos su presencia en nuestro interior, nos será más fácil rastrear su misterio en nuestro e

En esta habitación

Dios está en esta habitación. Él está en mi corazón. Tanto que es difícil leer o escribir... Que tu fuego crezca en mí y que te encuentre en tu hermoso fuego. Es muy silencioso, mi Dios. Tu luna brilla en nuestras colinas. Y  tu luz brilla en mi alma abierta cuando todo está en silencio. Tomás Merton OSB. Entrando al silencio