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Mostrando entradas de octubre, 2019

Entonces, Señor

Entonces, Señor: ¿Te contienen el cielo y la tierra porque tú los llenas; o los llenas pero queda algo de ti que no cabe en ellos? ¿Y en dónde pones lo que, llenados el cielo y la tierra, sobra de ti? ¿O, más bien, tú no necesitas que nada te contenga porque tú lo contienes todo; porque lo que tú llenas lo llenas conteniéndolo? Porque los vasos que están llenos de ti no te dan tu estabilidad; aunque ellos se rompieran tú no te derramarías. Y cuando te derramas en nosotros no te rebajas, sino que nos levantas; no te desparramas, sino que nos recoges. Pero tú, que todo lo llenas, ¿lo llenas con la totalidad de ti? Las cosas no te pueden contener todo entero. ¿Diremos que sólo captan una parte de ti y que todas toman esa misma parte? ¿O que una cosa toma una parte de ti y otra, otra; unas una parte mayor y otras una menor? Habría que decir, entonces, que tú tienes partes, y unas mayores que otras. Pero esto no puede ser. Tú estás en todas las cosas, estás en ellas de una manera total; y

Nuestro ser

Cuando nos parece que poseemos y nos servimos de nuestro ser y de nuestras facultades naturales de una forma absolutamente autónoma, como si nuestro ego individual fuera la pura fuente y el fin de nuestros actos, entonces vivimos en la ilusión y nuestros actos, por muy espontáneos que puedan parecer, carecen de sentido espiritual y de autenticidad. Thomas Merton. La oración contemplativa

El yo interior

Y el yo interior es tan secreto como Dios y, al igual que Él, elude cualquier concepto que intente penetrarlo por completo. Es una vida que no puede sujetarse ni estudiarse como un objeto porque no es " una cosa”. No puede alcanzarse ni obligársela salir a través de ningún proceso existente, ni siquiera con la meditación. Todo cuanto podemos hacer con cualquier disciplina espiritual es producir en nuestro interior parte del silencio, la humildad, el desapego, la pureza de corazón y la indiferencia necesarios para que el yo interior haga alguna tímida e imprevisible manifestación de su presencia. Thomas Merton. La experiencia interior

El camino

El camino, que es tu Verbo, por quien hiciste lo que ellos cuentan y a los que lo cuentan y el sentido con que perciben lo que cuentan y la inteligencia con que sacan la cuenta; y tu sabiduría no tiene número (Sal 146, 5). Tu mismo hijo unigénito se hizo para nosotros sabiduría y justicia y santificación (1Co 1, 130), fue contado entre nosotros y pagó tributo al César (Mt 22, 21). No conocieron el camino para descender desde sí mismos hacia él para poder ascender hasta él. Ignorando pues este camino se creen excelsos y luminosos como los astros, cuando. San Agustín. Confesiones

cómo invocar a mi Dios y Señor

¿Y cómo habré de invocar a mi Dios y Señor? Porque si lo invoco será ciertamente para que venga a mí. Pero, ¿qué lugar hay en mí para que a mí venga Dios, ese Dios que hizo el cielo y la tierra? ¡Señor santo! ¿Cómo es posible que haya en mí algo capaz de ti? Porque a ti no pueden contenerte ni el cielo ni la tierra que tú creaste, y yo en ella me encuentro, porque en ella me creaste. 2. Acaso porque sin ti no existiría nada de cuanto existe, resulta posible que lo que existe te contenga. ¡Y yo existo! Por eso deseo que vengas a mí, pues sin ti yo no existiría. Yo no estoy en los abismos, pero tú estás también allí. Y yo no sería, absolutamente no podría ser, si tú no estuvieras en mí. O, para decirlo mejor, yo no existiría si no existiera en ti, de quien todo procede, por el cual y en el cual existe todo. Así es, Señor, así es. ¿Y cómo, entonces, invocarte, si estoy en ti? ¿Y cómo podrías tú venir si ya estás en mí? ¿Cómo podría yo salirme del cielo y de la tierra para que viniera a m

La contemplación

Que nadie conciba la contemplación como una evasión del conflicto, de la angustia o de la duda. Todo lo contrario: la profunda e inexpresable certeza de la experiencia contemplativa despierta una angustia trágica y abre en lo profundo del corazón muchas preguntas que son como heridas que no pueden dejar de sangrar. Tomás Merton. Nuevas semillas de contemplación

Un falso yo

A cada uno de nosotros nos sigue una persona ilusoria: un falso yo. Ésa es la persona que yo deseo ser, pero que no puede existir, porque Dios no sabe nada sobre ella. Y ser desconocido de Dios es pasar completamente desapercibido. Mi falso Y privado yo es el que quiere existir fuera del alcance de la voluntad de Dios y del amor de Dios: fuera de la realidad y fuera de la vida. Y tal yo no puede ser más que una ilusión. No estamos muy dotados para reconocer las ilusiones, sobre todo las que abrigamos acerca de nosotros mismos, con las que hemos nacido y que nutren la raíces del pecado. Para la mayoría de las personas, en el mundo no hay realidad subjetiva más grande que su falso yo, que no puede existir. Una vida dedicada al culto de esta sombra recibe el nombre de " vida de pecado". Tomás Merton. Nuevas semillas de contemplación

Grande eres, Señor

Grande eres, Señor, e inmensamente digno de alabanza; grande es tu poder y tu inteligencia no tiene límites. Y ahora hay aquí un hombre que te quiere alabar. Un hombre que es parte de tu creación y que, como todos, lleva siempre consigo por todas partes su mortalidad y el testimonio de su pecado, el testimonio de que tú siempre te resistes a la soberbia humana. así pues, no obstante su miseria, ese hombre te quiere alabar. Y tú lo estimulas para que encuentre deleite en tu alabanza; nos creaste para ti y nuestro corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti. Y ahora, Señor, concédeme saber qué es primero: si invocarte o alabarte; o si antes de invocarte es todavía preciso conocerte... Pues, ¿quién te podría invocar cuando no te conoce? Si no te conoce bien podría invocar a alguien que no eres tú. ¿O será, acaso, que nadie te puede conocer si no te invoca primero? Más por otra parte: ¿Cómo te podría invocar quien todavía no cree en ti; y cómo podría creer en ti si nadie te

Muchos dichos

Muchos dichos de los Padres enseñan que, primero, tenemos que morir al mundo al fin de estar preparados para la tarea que el mundo nos pide: un hermano pregunto un día al padre Moisés : " yo veo ante mí una tarea y tengo la sensación de que no la puedo cumplir ". Entonces el anciano le dijo: " si no te haces un cadáver como los que están en la tumba, no podrás nunca cumplirla". Anselm Grun OSB. La sabiduría de los padres del desierto

Un hermano que vivía con otros hermanos

Un hermano que vivía con otros hermanos pregunto al anciano padre Besarián: " ¿qué tengo que hacer yo? ". El anciano le contestó: " guarda silencio y no te metas en asuntos de otros". El silencio y no compararse con otros era para los monjes un ejercicio suficiente. Si se practica, se purifican los pensamientos y sentimientos. Por ese camino se va abiertamente a Dios. Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto

En muchos dichos

En muchos dichos de los monjes se nota una profunda nostalgia de la muerte. Pero esta nostalgia o deseo de morir para estar con el Señor les da " una alegría sorprendente, de tal modo que a uno se le pregunto: " ¿cómo es que nunca estás deprimido? ". Y el contestó: " porque cada día espero la muerte". Otro dijo: "El que tiene siempre ante sus ojos la muerte, supera fácilmente la depresión y las estrecheces del alma". Así, el ejercicio de ponerse cada día ante los ojos la muerte es expresión del deseo de " estar con el Señor en el paraíso". Anselm Grun OSB. La sabiduría de los padres del desierto

Si yo me identifico

Si yo me identifico totalmente con una tarea, si hago que mi propio sentimiento de valor dependa de si puedo cumplirla o no, entonces seré finalmente incapaz de superar esa situación. Tal fijación me bloquea. No soy libre para empeñarme en esa tarea, porque debo de hacerlo necesariamente bien. El miedo de que pueda fallar me impide cumplir debidamente. Morir significa dejar de identificarme con mi tarea. Solo así soy libre para realizarla bien, ya que entonces no depende todo de cómo la realizo. Morir al mundo, esto es, imaginarme que estoy en la tumba, expresa lo que la psicología transpersonal llama hoy " desidentificación ". Yo miro a mis pensamientos y sentimientos, pero no me identifico con ellos. Miro a la tarea que tengo que realizar, pero no me identifico con ella. Tengo la tarea, pero no soy esa tarea. Tengo ira, pero no soy mi ira. Anselm Grun OSB. La sabiduría de los padres del desierto

El claro orden del día

El claro orden del día, el sano alternarse de orar y trabajar, de sentarse y de estar de pie, de tejer cuerda y de orar, es el camino para la paz interior. Esto esclarece los sentimientos negativos y pone al hombre interiormente en orden. Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto

Carl G. Jung

Carl G. Jung dice que, en nosotros, hay siempre dos polos: miedo y confianza, amor y agresión, tristeza y gozo, fuerza y debilidad. Pero que, con frecuencia, estamos fijados en uno solo, por ejemplo, el del miedo. El miedo se manifiesta entonces en pensamientos tales como: " No puedo, tengo miedo, que piensan los otros de mí, me culpo a mí mismo ". Yo puedo preguntar a este miedo qué es lo que quieres decirme. Pero también puedo dirigirme a él con el salmo 118: " el Señor está conmigo, nada temo. ¿Qué podrá hacerme el hombre? ". Éste versículo del salmo no acabará con el miedo, pero podrá ponerme en contacto con la confianza que también hay oculta en mí. Porque en mi no hay solo miedo, hay también confianza. Las palabras de la Escritura me ponen en contacto con lo que está ya en mí, y a través de ello, puedo hacer consciente, y crecer, mi confianza. Esto relativiza el miedo. Este método sale al paso de los pensamientos para que no se asienten en mi ni me determinen

El abad Pablo de Galacia

El abad Pablo de Galacia dice de sí y de su ejercicio diario: " yo tengo siempre en mente estas tres cosas: callar, ser humilde de espíritu y repetirme a mí mismo: yo no tengo ninguna preocupación". Aquí encontramos de nuevo el silencio que nos aconsejan los monjes, y la humildad como fundamento de nuestro ser religioso. Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto

Evagrio

Evagrio dice en una carta que el intelecto ha de conocer primero las engañosas tramas de los demonios. Y que esto es condición previa para el conocimiento de Cristo, para la contemplación.  Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto

Se dice del anciano

Se dice del anciano padre Juan que, al regresar del trabajo de la recolección o de estar con los ancianos, se tomaba tiempo primero para orar, meditar el canto de los salmos, hasta que su pensamiento volvía de nuevo al orden anterior. Juan dejaba curso libre a las emociones que habían surgido de la conversación con los hermanos, y se tomaba tiempo, primero, para la oración, para poder esclarecer las emociones. Si nosotros venimos a casa con las emociones no controladas y las atiborramos de actividad de cualquier tipo que sea, entonces se asentarán en el subconsciente y desde ahí causaran en nosotros una difusa insatisfacción. Hay que poner en orden la vida exterior, y lo mismo hay que hacer con los pensamientos. Los pensamientos desordenados, así dicen los primeros padres, trastornan al monje y le entregan a sus pasiones. Quien deja curso libre a sus pensamientos y sentimientos sin ocuparse de ellos, será infectado por ellos interiormente. Sin darse cuenta, se verá dirigido por impuls

Hemos de examinar atentamente

Hemos de examinar atentamente que clases de pensamientos quieren entrar en nuestra casa. A los de los demonios que nos ponen enfermos, que nos impiden vivir y que nos cierren a Dios, no los hemos de dejar entrar, sino echarlos con alguna frase de la sagrada escritura. Y si se hallan ya en nuestra casa, hemos de arrojarlos de ella también con la ayuda de palabras de la escritura. Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto

San Benito

En su regla, San Benito aconseja los monjes que tengan todos los días ante sus ojos la muerte. Así, recoge lo que se dice numerosas historias de monjes. Los monjes viven siempre conscientes de su muerte, lo que se deshace interiormente más vivos y presentes. El pensamiento de la muerte les libera del miedo. Así, un monje joven pregunto a un anciano: " ¿porque me entra miedo cuando voy solo de noche? ". El anciano le respondió: " porque este mundo tiene todavía valor para ti ". El pensamiento de la muerte nos quita el miedo, porque dejamos de depender del mundo, de nuestra salud y nuestra vida; nos hace posible vivir conscientemente cada momento, sentir que la vida es un don y disfrutar diariamente de ese don. Anselm Grun OSB. La sabiduría de los padres del desierto

Teodoro y Lucio

Se cuenta de los abades Teodoro y Lucio, ambos de Innatu, que durante 50 años se burlaron de sus pensamientos diciéndose a si mismos: " después de este invierno, nos vamos de aquí ". Luego venía el verano y se decían: " pasado este verano nos marchamos ". Y de este modo se vencieron todo el tiempo estos padres inolvidables (Apo, 298). Muchos sienten miedo de pensar que han de vivir siempre en el mismo lugar, enseñar siempre en la misma escuela, estar vinculados para siempre a la misma familia. Entonces puede ayudar el decir si a mi situación. Pero un si absoluto tensa a veces demasiado y acentúa el miedo de si seré o no capaz de ello. Entonces podríamos, como esos padres antiguos de Ennatu, contentarnos con decir si solo para el día de hoy. Hoy decimos sí. Mañana podríamos tal vez estar en otra parte. Si no lo queremos todo de una vez, sino que pedimos constantemente fuerza a Dios solo para un día, nuestra vida tendrá más éxito. Los otros pensamientos no hay qu

Cristo

Cristo es para nosotros un modelo en la lucha. Al ser tentado por el demonio, se sirvió de palabras de la escritura contra ellos: " el mismo Señor nuestro Jesucristo, que lo ha dado todo para salvarnos, nos ha concedido caminar sobre serpientes y escorpiones y sobre cualquier poder del mal. Y juntamente con todo su amor, nos ha transmitido lo que él mismo hizo al ser tentado por Satanás, para que en tiempo de la batalla, cuando los demonios luchen contra nosotros y lance contra nosotros sus dardos, nos opongamos a ellos por medio de la Sagradas Escrituras, a fin de que no prevalezcan en nosotros los malos pensamientos, y el alma no sea sometida por medio de verdaderos pecados, que la manchen y la dejen hundirse en la muerte del pecado… Porque cuando el alma no tiene el apropiado pensamiento que le ayude a responder al mal sin trabajo y rápidamente, el pecado tiene poder sobre nosotros. Anselm Grun. La sabiduría de los padres del desierto

Porque aguarda el Señor

Porque aguarda al Señor, el monje se hace libre de cuidados terrenos, de juicios y de espectativas de los hombres. La alegre naturalidad, la libertad, la confianza y la apertura a cada instante, marcan al monje que espera con ansia al Señor. Anselm Grun OSB. La sabiduría de los padres del desierto

Puerta al Silencio

Extracto de John Main, "Being Present Now", de “PUERTA AL SILENCIO”: Newsletter de Meditación Cristiana (Londres: Canterbury Press, 2008), pp. 82-83. Si estamos verdaderamente atentos a pronunciar el mantra, no podremos imaginar a Dios. No podremos construir ninguna idea de Dios. En el contexto de esta pura atención, la fe pura, aprendemos que todas las imágenes, ideas, recuerdos y palabras no pueden abarcar la realidad a la que estamos prestando atención. Son irreales. Son ilusiones. Por ello, en la meditación nos damos cuenta de que Dios no es un recuerdo ausente o un sueño abstracto. Dios es. En la simplicidad y la fidelidad de la práctica del silencio, Dios es conocido no como una entidad que pensamos, imaginamos, expresamos o analizamos, sino como toda la realidad en sí. Avanzar al encuentro de Dios a través de la pura atención significa conocer y ser conocido por Dios. Saber es amar. Ser amado es ser conocido. Ser amado por Dios es amar a Dios. Necesitamos despojar

El diablo no es tonto

El diablo no es tonto. Puede hacer sentir a los hombres el cielo de la misma manera como deberían sentir el infierno. Puede hacerles temer la gracia como temen el pecado. Lo hace no a la luz, sino en la oscuridad; no con realidades, sino con sombras; no con claridad y sustancia, sino con sueños y engendros de psicosis. Los hombres son tan pobres de entendimiento que unas pocas cosquillas en su espina dorsal bastan para alejarlos de la verdad.  Tomás Merton. La montaña de los siete círculos

La tristeza

La tristeza es buena porque pertenece en esencia a la madurez del hombre, como trabajo, como elaboración de experiencia de pérdida.   La melancolía , en cambio, como compasión de uno mismo , resulta infructuosa. Cuando no puede satisfacer sus deseos, el hombre se refugia en la autocompasión. En el fondo, en la melancolía se ocultan con frecuencia deseo inmoderados. Porque no soy el mayor, dejo de luchar y me refugio en la melancolía.  El triste puede llorar, sus lágrimas pueden ablandar el alma endurecida y hacer la fructificar. Las lágrimas del que está triste pueden convertirse en lágrimas de alegría.  La melancolía no puede llorar. Es deplorable, se baña a sí misma en la autocompasión. Para Evagrio la melancolía consiste principalmente en depender infructuosamente del pasado. Uno se imagina sentimientos que tuvo anteriormente en casa, con los padres, la protección, el vivir sin preocupaciones, etc. Por más bueno que sea a veces ocuparse del pasado para mejorarlo y exper

El demonio de la soberbia

El demonio de la soberbia es causa de la peor caída de una persona. El lleva al monje a no buscar en Dios la causa de su obrar virtuoso, sino en sí mismo. Anselm Grun OSB . La sabiduría de los padres del desierto.

Los monjes

Los monjes pusieron en práctica lo que Jesús pide el Sermón de la montaña: " no juzguéis y no seréis juzgados " (Mc 7,1). El no juzgar procede de encontrarse a uno mismo. Quien se ha encontrado a sí mismo piensa en sus propias faltas, reconoce sus lados oscuros, sabe que también él tiene lo que condena en los demás. Cuando otro peca, él no se escandaliza, sino que recuerda sus propios pecados. Dicen los psicólogos que, al regañar a otros, revelamos lo que hay en nosotros mismos; proyectamos sobre los demás nuestro propio lado oscuro, nuestros deseos instintos reprimidos, y, en vez de poner delante de nuestros ojos nuestra propia realidad, les increpamos a ellos. Los monjes nos aconsejan que dejemos este mecanismo de proyección y que procuremos callar. El silencio es para ellos una ayuda contra esta proyección y para ver, en el comportamiento de los demás, un espejo de nosotros mismos. Anselm Grun OSB . La sabiduría de los padres del desierto

Bajo aquellos altos arcos

Y todavía -aunque no pensé en ello y era incapaz de hacerlo, ya que no sabía que era la misa, varias veces en la mañana- bajo aquellos altos arcos, en el altar elegido sobre la reliquias del mártir, se celebraba aquella inmolación tremenda, secreta y evidente, tan secreta que nunca será enteramente comprendida por ningún entendimiento y, con todo, tan evidente que su misma evidencia en nos ciega con el exceso de la claridad: el incruento Sacrificio de Dios bajo las especies del pan y el vino.  Thomas Merton. La montaña de los siete círculos

En nuestra alma

En nuestra alma podemos encontrar una riqueza inmensa: a Dios y todas las posibilidades que Él nos ha dado. Solo orientándolos hacia esa riqueza interior, nuestro apetito de los bienes exteriores no será sin medida. Anselm Grun OSB . La sabiduría de los padres del desierto.

Evagrío

Evagrio cuenta con que gran parte de nuestro camino espiritual consiste en prestar atención a las pasiones en nuestro corazón, conocerlas y tratarlas adecuadamente. La finalidad de ese trato es la apatheia, un estado de paz y de tranquilidad interior. En la apatheia no combaten ya las pasiones unas contra otras, sino que se ponen de acuerdo. A la apatheia se la denomina también "la salud del alma ". Anselm Grun OSB . La sabiduría de los padres del desierto

El silencio

El silencio es, en primer lugar, el arte de estar uno completamente presente, de meterse sin prejuicios en la realidad. Cuando constantemente nos pasa por la cabeza cualquier pensamiento, esto nos impide estar presentes. Nos encontramos en otra parte. El estar presentes es la condición para poder encontrarse uno con el Dios presente. Y el objetivo del silencio es unirnos con Dios, estar abiertos a Dios para que Él llene nuestros pensamientos y sentimientos, para tener experiencia de Él en el fondo de nuestro corazón, para vivirle como la fuente de nuestro interior, fuente inagotable porque es divina. Anselm Grun OSB . La sabiduría de los padres del desierto.

La acedía

La acedía es la incapacidad de vivir el momento presente. Uno no tiene ganas ni de trabajar ni de hacer oración. No puede ni siquiera gozar del no hacer nada. Siempre está en otra parte con sus pensamientos. La insatisfacción interior, la incapacidad de disfrutar el momento presente desgarra interiormente a la persona. La acedía es la expresión de la huida de la realidad. El hombre no quiere poner ante sus ojos su propio ser. Por eso tiene que estar constantemente en otra parte con sus pensamientos, hacer otra cosa. Pero será incapaz de hacer nada, dedicarse realmente a algo o a otra persona. Anselm Grun OSB . La sabiduría de los padres del desierto

Si estamos unidos a Dios

Si estamos unidos a Dios por la contemplación, nos resultará indiferente lo que piensen los demás de nosotros, pues no nos definiremos por su reconocimiento o aprobación, sino que habremos encontrado nuestro fundamento en Dios. Anselm Grun OSB . La sabiduría de los padres del desierto.