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Mostrando entradas de enero, 2022
Dios lo ofrece todo, pero compete a la libertad humana acoger esta participación del Espíritu en nuestras vidas. De lo contrario, el Espíritu no puede actuar. Javier Melloni SJ. Los caminos del corazón: El conocimiento espiritual en la «Filocalia»
«No hay nada mejor que conocer la propia debilidad y la propia ignorancia». Pedro Damasceno. Filocalia.
Así pues, la escalera del conocimiento espiritual tiene su primer peldaño en la dura experiencia de conocerse a sí mismo, de afrontar la propia verdad. Porque no podemos tener conocimiento de las cosas de Dios si previamente no tenemos conciencia de la viga que tenemos en nuestro propio ojo (Lc 6,41). La finura de la Luz divina no puede soportar la espesura de tal opacidad. La viga se disuelve por el fluir de las lágrimas; unas lágrimas que son muy amargas al principio, pero que después se hacen sumamente dulces. Javier Melloni SJ.Los caminos del corazón: El conocimiento espiritual en la «Filocalia»
Un profundo silencio lo envolvía todo, y en el preciso momento de la medianoche, tu palabra omnipotente bajó de los cielos, de tu trono real, cuál invencible Guerrero, y se lanzó en medio de la tierra. Libro de la Sabiduría 18,14ss
Algunas drogas como la mescalina parecen que son capaces de llevar a experiencias místicas de una manera mucho más fácil y excitante. Pero la mística cristiana auténtica supone un largo periodo de esfuerzo ascético y moral antes de alcanzar el fin de la unión con la unidad, con el Absoluto. Sólo la enseñanza de Cristo ha puesto el más fuerte acento sobre el amor mutuo, y de hecho esto es mucho más difícil, aunque menos espectacular, que todo otro tipo de prácticas o drogas. Cristo no nos pide que alcancemos un estado en el que ya no percibamos ninguna diferencia entre nosotros y todo lo demás que existe. Este estado es inconcebible para un cristiano. Cristo nos pide mucho más: que reconozcamos plenamente la existencia distinta de nuestros prójimos, con todos sus defectos, hasta con su hostilidad hacia nosotros, y que los amemos como lo s ama el mismo Dios. Pero es imposible guardar este mandamiento sin la ayuda divina: " yo rogaré al Padre, dijo Cristo a sus discípulos, y os da
La mística no es algo ajeno al mundo, sino el camino para vivir la vida de cada día en libertad y en sereno abandono interior y para hacer que los conflictos y desengaños diarios nos abran más y más a Dios y al fundamento de nuestra alma. Entonces, lo que piensen otros de mí ya no es tan importante. Vivo desde mis cimientos vivo en armonía con mi más íntima esencia, aun cuando no lo entiendan todos cuanto me rodean: "Una persona serena no tiene que estar continuamente pendiente de qué cosas necesita; debe mirar de qué cosas puede prescindir"(Heinrich Seuse). Anselm Grün OSB. La mística
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. 2 Corintios 12:2-4
El abandono total y definitivo a la voluntad de Dios es lo que verdaderamente prepara para la unión mística. Hilda Graef. Historia de la mística
Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mi . Gal (2,20)
Dios reina a la vez en el cielo, es decir en el mundo del espíritu fuera del espacio del tiempo, y llena al mismo tiempo el mundo temporal de los hombres con su presencia. Y porque el hombre se percató de esa presencia y es consciente de su santidad, el profeta Isaias que recibe esta visión grita: "Ay de mí, estoy perdido; pues yo soy un hombre de labios impuros". Esta es la clásica reacción del hombre ante cualquier experiencia mística auténtica: la conciencia de la presencia divina despierta en el hombre la correspondiente conciencia de su propia indignidad y su necesidad de purificación. Lo realmente notable en la visión del profeta está en que esta purificación no se realiza por su propio esfuerzo, sino que la purificación es obra de Dios, y su efecto consiste en disponernos para entregar el mensaje de Dios a los hombres. Hilda Graef. Historia de la Mística
Tú me sedujiste, oh Yahveh!, y yo me dejé seducir . Jer 20,7

Maranatha

Maranatha significa "Ven, Señor". Pueden usar otra palabra, pero yo recomiendo Maranatha. Creo que es importante usarla, si lo desean. El objetivo principal de la oración, como ya les he sugerido, es llevarlos al silencio. No es una palabra mágica. No es una palabra con propiedades esotéricas o algo por el estilo. Simplemente es una oración dentro de nuestra tradición. Maranatha es probablemente la oración cristiana más antigua, después del Padrenuestro. Es la palabra que nos pacifica y que nos conduce al descanso y a la calma. Ciertamente, para comenzar, recomendaría una palabra que tenga por lo menos una vocal abierta para pronunciar. Creo que, de acuerdo con todo lo considerado, la mejor palabra para comenzar es Maranatha. El mejor momento para orar varía mucho de acuerdo con la química corporal de cada individuo. El mejor horario para muchos es, probablemente, temprano en la mañana, antes del desayuno, cuando estamos más despejados. Tal vez una ducha fría podría fo

La vigilancia

El término griego para hablar de la vigilancia es nepsis, una virtud que es condición fundamental para comenzar, mantenerse y progresar en la vida espiritual: «La continuidad engendra la costumbre, y ésta otorga a la vigilancia una cierta densidad natural», escribía Hesiquio de Batos. Esta atención continua es la que hizo prudentes y sabias a las vírgenes del Evangelio (Mt25, 1-13). En la doctrina filocálica, la vigilancia presenta una progresión: para los que comienzan, está vinculada al miedo a la muerte y al Juicio Final: «Velad, porque no sabéis cuándo será el día ni la hora» (Mt 25,13). Después, la vigilancia se convierte en un austero ejercicio de atención frente a todos los pensamientos que asaltan a la mente para renunciar a ellos. Gracias a esta rigurosa vigilancia, el espíritu alcanza una claridad interior muy equilibrada y penetrante, que lo defiende de toda turbación. De este modo, la vigilancia introduce en la plena hesiquía, palabra griega de difícil traducción que signif

Jesús nos dijo: "la verdad nos hará libres"

Jesús nos dijo: "La verdad los hará libres". La oración es nuestro camino a la perfecta libertad de espíritu y éste es una llamada a la que cada uno de nosotros deberá responder -el don de nuestra creación-, y responder desde las profundidades de nuestro propio ser, de manera que podamos alcanzar esta perfecta libertad de espí¬ritu. Cuando comenzamos a orar, debemos entender claramente que la oración es una disciplina. No hay libertad si no asumimos la disciplina, y comenzar a orar es nuestro compromiso con esa disciplina. La oración no es algo que hagamos a partir de una técnica mágica. Involucra Ja respuesta humana más completa, una respuesta a una disciplina diaria, a una disciplina de por vida que nos conduce a esta absoluta libertad de espíritu. John Main OSB. Silencio y quietud.

La cual noticia amorosa

La cual noticia amorosa se recibe pasivamente en el alma al modo de Dios sobrenatural, y no al modo del alma natural, y síguese que para recibirla ha de estar esta alma muy aniquilado en sus operaciones naturales, desembarazada, ociosa, quieta, pacífica y serena al modo de Dios... De donde el alma no ha de estar asida a nada: no a ejercicio de oración, no a sabor alguno, ahora sea sensitivo ahora espiritual, no a otras cualesquiera aprensiones, porque se requiere el espíritu libre y aniquilado acerca de todo... San Juan de la Cruz (selección de Paloma Marchesi-Sanados por el amor)

El sentido de la vida espiritual

El sentido de la vida espiritual: Volver a dar al alma su verdadera naturaleza, purificando todo cuando esconde su belleza más honda, hasta que el espejo humano vuelva reflejar la luz divina, y su reflejo nos permita de nuevo contemplarla. Esto significa que el hombre/mujer libremente deberá progresar y tender hacia Dios, y no hacia el mal, porque es allí donde encuentra su verdadero valor y su verdadera imagen. Paloma Marchesi CM. Sanados por el Amor

Hemos nacido del amor

Aunque hemos nacido del Amor y somos Amor, el yo profundo no tiene la suficiente fuerza para reflejar el Amor. Nos encontramos bloqueados, alienados de nosotros mismos, con una oscuridad interior a la que no terminamos de poner nombre. "(...) no hay luz sin sombra ni totalidad psíquica exenta de imperfecciones. Para que sea redonda, la vida no exige que seamos perfectos sino completos; y para ello se necesita "el aguijón de la carne ", el sufrimiento de defectos sin los cuales no hay progreso... " (Carl Jung. Sueños) Paloma Marchesi CM. Sanados por el Amor

El sentido de la vida espiritual

El sentido de la vida espiritual: volver a dar al alma su verdadera naturaleza, purificando todo cuando esconde su belleza más honda, hasta que el espejo humano vuelva reflejar la luz divina, y su reflejo nos permita de nuevo contemplarla. Esto significa que el hombre/mujer libremente deberá progresar y tender hacia Dios, y no hacia el mal, porque es allí donde encuentra su verdadero valor y su verdadera imagen. Paloma Marchesi. Sanados por el Amor
Y así, entonces el alma también se ha de andar solo con la advertencia amorosa a Dios, sin especificar actos, pasivamente, sin hacer de suyo diligencias, con la advertencia amorosa, simple y sencilla, como quien abre los ojos con advertencia de amor. San Juan de la Cruz. Llama de amor viva

Todos necesitamos ser estimulados

Todos necesitamos ser estimulados para transitar fielmente el camino todos los días, retornando a nuestra oración, cada mañana y cada tarde. Pero no necesitamos ser animados en cuanto a nuestro progreso en la disciplina. Eso sería un acercamiento completamente egoísta y egocéntrico a la oración. No obstante, no debemos desalentarnos, si reflexionamos constantemente sobre lo que Dios ha cumplimentado en Cristo. Mirándolo desde su perspectiva, es Su gloria lo que cuenta. Desde nuestra perspectiva (si estamos separados) es nuestra fe, y no nuestro progreso, lo que importa. Deberíamos, desde la pobreza de la oración, dejar todo nuestro progreso de lado. El camino de la fe es también el camino de la humildad. Humíllense pues, bajo la poderosa mano de Dios para que, llegada la ocasión, los ensalce: confíenle a Él todas sus preocupaciones, pues Él cuida de ustedes. Esta fiel humildad y humilde fidelidad es el camino de la oración. Cada vez que nos sentamos a orar, dejamos humildemente todo de

El don del Espíritu

El don de su Espíritu que recibimos es infinito. Es el don de la totalidad de Dios volcando su Espíritu en nuestro interior; nuestra respuesta deberá reflejar esa generosidad y totalidad. No es una llamada para que, como cristianos, respondamos ocasional o tibiamente desde la mente. Deberemos responder a la llamada con generosidad, con todo lo que somos, con todo lo que tenemos. Y tenemos mucho para ofrecer. Tenemos nuestros corazones, nuestras mentes, nuestras vidas, que, cuando oramos, se integran, concentran y alinean con Cristo. Todo lo que somos se armoniza con Su ser, con Su amor. Nada queda excluido. Simplemente deberemos aprender a repetir la oración con total fidelidad, total generosidad y total atención. El don está otorgado. Todo lo que tenemos que hacer es abrirnos a él, darnos cuenta. Pero debemos encarar nuestra tarea y seguir nuestro camino con simplicidad, con humildad y con gentileza. Debemos aprender a ser muy gentiles con nosotros mismos cuando comenzamos a arraiga

Para comenzar a orar

Para comenzar a orar, sólo necesitamos la determinación de comenzar. Comenzar a descubrir nuestras raíces, comenzar a descubrir nuestro potencial, comenzar a retomar a la fuente. Y Dios es nuestra fuente. En la simplicidad de la oración, más allá de todo pensa¬miento y de toda imaginación, descubrimos en profunda simplicidad que estamos en Dios, comenzamos a comprender que estamos en Dios en quien vivimos y nos movernos y tenemos nuestro ser. Podemos intentar describir esta creciente conciencia, descubierta en el silencio y en el compromiso diario, como "conciencia indivisa". La oración es, simplemente, este estado de simplicidad que nos conduce a un desarrollo completamente maduro de nuestra inocencia original. Como lo expresó Santa Catalina de Génova: "-Mi yo es Dios. No me conozco a mí misma salva si no es en Dios". Lo maravilloso de la proclamación del cristianismo es que rodos estamos invitados a este estado de simple y amorosa unión con Dios. Esto es lo que

El recuerdo de lo divino

El recuerdo de lo divino se manifiesta en nosotros como una nostalgia profunda, como un anhelo hondo de coherencia e integridad, discerniendo los movimientos íntimos del alma... Como un querer ser fiel a ese "susurro" que se experimenta muy adentro pero que es difícil descifrar; como un deseo de volver a "casa", a nuestro origen, al centro de unificación interior donde nos hayamos bien con nosotros mismos y con los demás. Ese hondo anhelo es lo que hace que nos pongamos en camino sin darnos por vencidos, porque intuimos que es "el corazón" ese centro que unifica las nuestras vidas. Paloma Marchesi. Sanados por el Amor

La iglesia primitiva

La iglesia primitiva fue absolutamente clara en cuanto a que nuestra llamada es a entrar en la vida de Dios. Ningún objetivo comparado con éste es prioritario. Los cristianos primitivos también sabían que la forma de llegar a esta vida de Dios es a través de la conciencia humana de Jesús, que se encuentra en lo profundo de nuestro ser. La oración es, simplemente, la peregrinación al corazón, en donde encontraremos el Espíritu de Jesús adorando al Padre en amor. La oración cristiana es, simplemente, abrirnos a ese amor del Espíritu. El significativo plan del universo es una llamada a compartir la vida de Dios en Cristo. Nuestra tradición nos enseña que éste es una llamada comunitaria y no sólo para especialistas. Simplemente tenemos que escucharla. Cualquiera que se tome un tiempo para permanecer en silencio, escuchará esa llamada en su corazón. Respondemos a ésta permaneciendo completamente abiertos. Limpiar nuestros corazones y nuestras mentes de todo lo extraño es el camino

Los místicos alemanes

Los místicos alemanes del siglo XIV con el maestro EcKhart y otros dominicos, nos presentan una visión positiva del ser humano. Un hombre creado a imagen y semejanza de Dios, un Dios que está cerca, pero del que nosotros estamos lejos; que está en el interior y que se nos da continuamente, pero nosotros estamos ocupados en mil cosas y no lo percibimos. Si toda la creación lleva una huella de Dios, el ser humano, además, creado a su imagen y capaz de Dios, posee una receptividad hacia Dios tal, que le permite conocer a Dios y gustar de Él. Por ello, Eckhart compara el alma con el templo de Dios: "ha hecho el alma del hombre tan semejante a sí mismo, que ni en el cielo ni en la tierra, entre todas las criaturas espléndidas, creadas tan maravillosamente por Dios, no hay ninguna que se le asemeje tanto, como el almas humanas sola" Paloma Marchesi Cm. Sanados por el Amor

La oración es importante

La oración es importante para nosotros, porque es el proceso por medio del cual mantenemos nuestro contacto con el centro creativo de nuestro ser; abiertos y en un constante y continuo estado de expansión. Entonces la oración es un proceso por medio del cual se libera en nuestro interior la energía creativa. En nuestro moderno mundo secular, olvidamos fácilmente nuestro origen divino, nuestra fuente divina y que la energía incandescente de nuestro propio espíritu emana del Espíritu de Dios. Olvidamos que Dios es nuestro creador y, al olvidarlo, perdemos contacto con nuestra propia naturaleza esencial. Al perder ese contacto con nuestro origen divino, nos deshumanizamos. Cada uno de nosotros tiene la tarea de descubrir la propia capacidad espiritual interior. Es decir, descubrir nuestro propio potencial creativo en nuestro interior, nuestro potencial para responder plenamente al don de nuestra propia vida y de las vidas de los demás y, finalmente, al don de toda la creación. John Main

Un grupo cristiano se reúne para orar

Un grupo de cristianos que se reúne para orar, para orar y para adorar no constituye una mera reunión social. Es un grupo consciente de su fuerza: una fuerza que surge de la realidad trascendente de la presencia del Señor Jesús en medio de ellos. El propósito de su encuentro es, antes que nada, estar atentos a la realidad de esta presencia, profundizar su receptividad silenciosa, hacer de ella (o que ya es) la suprema realidad de sus vidas. Entonces, cada miembro del grupo está centrado en el otro, apartado de sí mismo o de sí misma, volcado hacia el Señor vivo. De esta manera, el grupo se transforma verdaderamente en una comunidad como la descripta al final del segundo capítulo de los Hechos de los Apóstoles: El temor se apoderaba de todos, pues los apóstoles realizaban muchos prodigios y señales. [...) Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común. John Main OSB. Silencio y quietud
La verdadera contemplación de Dios consiste en que el alma que dirige su mirada a Dios no deja nunca de añorarlo. Gregorio de Nisa

"Maranatha"

En una ocasión participó de nuestros grupos una anciana irlandesa. Yo, en su momento, le expliqué lo que tenía que hacer. Hablando al grupo, les dije que la palabra para rezar que recomendaba era "Maranatha". Lo recomiendo porque es una palabra aramea, el lenguaje que hablaba Jesús, y porque tal vez sea la oración más antigua de la Iglesia. San Pablo finaliza la Primera Carta a los Corintios con esta palabra. Juan finaliza el Apocalipsis con ella, y puede ser encontrada en el Deuteronomio. A lo largo de La nube del no saber, el autor nos anima a elegir una palabra que tenga pleno significado; pero que, una vez elegida, nos apartemos del significado y sus asociaciones, para escucharla como un sonido. Desde ese punto de vista, "Maranatha" es perfecta. De todas maneras, esta buena señora escuchó todo lo dicho y luego participó de nuestra oración. Cuando finalizó nuestro silencio, ella me dijo: "Oh padre, me pasó algo terrible cuando entré en el salón de oración:
Cuanto más se acerca el alma a Dios, tanto más profundamente se percata de la inagotable incomprensibilidad de Dios. Gregorio de Nisa

El propósito de nuestra oración

El propósito de nuestra oración es avanzar, a lo largo del camino, hacia la plenitud de nuestra propia humanidad. Orar es, simplemente, aceptar el don de nuestra propia creación y desarrollar el potencial que tenemos para responder a ese don de una manera plena. No somos personas para vivir en la superficie o condenadas a vivir a partir de emociones superficiales. Orar es dejar de lado lo superficial, abandonar la superficie para entrar en las profundidades de nuestro propio ser. La razón por la cual oramos, dentro de nuestra tradición cristiana, es que creemos que Jesús ha enviado su Espíritu a lo profundo de nuestro ser, a habitar en nuestros corazones. Para utilizar otras palabras, el Espíritu de Dios, el Espíritu del Creador del universo habita en nuestros corazones y, desde ese silencio, es amor para todos. Dentro de la tradición cristiana, orar es simplemente estar abiertos al Espíritu de Amor (el Espíritu de Dios). Una de las cosas que aprendemos a medida que maduramos en l