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Mostrando entradas de enero, 2021

Estoy seguro

  Estoy seguro, además, de que la persona que ha madurado en la perfección de su voluntad (al menos en lo que le es posible en esta vida) no experimenta delicia o consolación a la que no pudiera renunciar voluntaria y gozosamente si Dios quisiera.   La nube del no saber. Anónimo

Te prevengo

  Te prevengo para que seas cauto ante otros consuelos, sonidos, alegrías o goces provenientes de fuentes externas que no puedes identificar, ya que pueden ser buenos o malos, obra de un ángel bueno o del espíritu maligno. Pero si evitas vanas especulaciones y tensiones físicas y emocionales no naturales en los caminos que yo te he enseñado (o en caminos mejores que tú puedas descubrir), importa poco que sean consuelos buenos o malos, pues no pueden hacerte mal. ¿Por qué está tu seguridad tan afianzada? Sin duda, porque la fuente de la auténtica consolación es el deseo reverente y amoroso que habita en un corazón puro. Esta es la obra del Dios todopoderoso labrada sin recurso de técnicas y por lo mismo libre de la fantasía y del error que llevan a caer a un hombre en esta vida. La nube del no saber. Anónimo

  Sé, además, que a medida que tu corazón vaya creciendo en pureza de espíritu, estará menos dominado por la carne y más íntimamente unido a Dios. Él te verá más claramente y tú serás una fuente de delicias para él. Su visión, por supuesto, no queda literalmente afectada por esto o por aquello, pues es inmutable. Lo que trato de decirte es que cuando tu corazón se haya transformado por la pureza de espíritu, se hará connatural a Dios, pues él es espíritu. La nube del no saber. Anónimo

Ahora ya puedes

  Ahora ya puedes entender mejor por qué te aconsejo alegremente cubrir y ocultar tu deseo de Dios. Con ello no te estoy sugiriendo que lo ocultes totalmente, pues sería el consejo de un loco y además, una tarea imposible. Pero te ruego que eches mano de tu ingenuidad para ocultarlo a sus ojos lo mejor que puedas. ¿Por qué te digo esto? Porque quiero que lo metas en el fondo de tu espíritu, lejos del contagio de caprichosas emociones que lo hacen menos espiritual y más alejado de Dios. La nube del no saber. Anónimo

Como es obvio

  Dios, como es obvio, lo sabe todo y nada puede quedar oculto a sus ojos, sea material o espiritual. Pero, por ser espíritu, algo que se ha introducido a fondo en el espíritu es para él más claro y evidente que lo que se mezcla con las emociones. Y por eso lo espiritual es algo connatural a él. Por esta razón creo que cuanto más enraizado está nuestro deseo en las emociones, se encuentra más alejado de Dios que si surgiera simplemente de la actitud gozosa de un espíritu puro y profundo. La nube del no saber. Anónimo

Una razón

  Una razón que tengo para aconsejarte que ocultes el deseo de tu corazón de los ojos de Dios es que, cuando tú lo ocultas, más clara y realmente lo ve él. Al ocultarlo consigues tu propósito y ves tu deseo cumplido antes que por otros medios que pudieras discurrir para atraer la atención de Dios. Otra segunda razón es que quiero que vayas independizándote de tus constantes emociones y que llegues a experimentar a Dios en la pureza y profundidad de tu espíritu. Finalmente, quiero ayudarte a anudar el nudo espiritual del amor ardiente que te atará a Dios en comunión de ser y de deseo. Pues, como sabes, Dios es espíritu, y todo aquel que desea unirse a él ha de entrar en la verdad y la profundidad de una comunión espiritual que trasciende con mucho toda representación terrena. La nube del no saber. Anónimo

Cuando esté

  Cuando esté derecho ante Él y nada torcido haya en mí, y no me desvíe a la derecha ni a la izquierda, sino que habré trazado para mis pies caminos rectos hacia el sol de justicia, caminando intachable en todos sus mandamientos, entonces también Él pondrá su mirada directamente en mí y no habrá desviación ni descuido, y entonces se me devolverán mi luz y mi resplandor, tanto que esta negrura qué hora me echáis en cara, será eliminada en mí, para que merezca también llamarme luz del mundo. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Dios no rechaza

    Dios no rechaza a nadie de cuantos le ofrecen sacrificios de espíritu contrito y de corazón humillado. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

No los que a veces

No los que a veces están y a veces no están en Su presencia, sino los que siempre sin cesar están en presencia del Verbo de Dios: estos son los verdaderamente dichosos. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Ahora

  Ahora ve como en un espejo, mediante enigmas, pero entonces verá cara a cara. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Únicamente

  Únicamente es verdadera esta palabra que hay en Ti. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Porque todas las palabras

  Porque todas las palabras que se me decían y que oía cuando estaba en mi tierra, a saber, las que decían los doctores del mundo y los filósofos, no eran verdaderas. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Dichosos

Dichosos esos servidores, que siempre están en Tu presencia y escuchan Tu sabiduría. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares  

Mi comida

  Mi comida es hacer la voluntad del que me envió, para llevar a cabo Su obra. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

El grado

El grado de iniquidad que haya en nosotros marcará el grado de nuestro alejamiento del amor de Cristo y el de nuestra desobediencia a sus mandamientos. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

La cima

  La cima de la perfección consiste en el amor y el amor no admite iniquidad alguna, y allí donde hay amor no hay ni rastro de iniquidad, allí está, indudablemente, la equidad; con toda razón se dice que la equidad ama al esposo. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Cada cual

Cada cual según sus fuerzas.  Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Cada perfecto

Cada perfecto se hace todos para todos, para ganarse a todos. Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Hablo

    Hablo ahora medio en broma, pero trata de dominar el agudo y espontáneo suspiro de tu espíritu e intenta ocultar el ansia de tu corazón a los ojos del Señor. Quizá desprecies esto que te digo como algo infantil y frívolo, pero créeme, quien tenga la luz para entender lo que estoy diciendo y la gracia de seguirlo, experimentará, en efecto, las delicias de los gozos del Señor. Pues como un padre que juguetea con su hijo, estrechará y besará a quien viene a él con un corazón de niño- La nube del no saber. Anónimo

Los que siguen

  Los que siguen en el sentido espiritual y sutil y entienden que hay más verdad en las cosas que no se ven que en las que se ven, y que ante Dios se consideran más verdaderas las realidades invisibles y espirituales que las visibles y corporales, éstos decidirán si la menor vacilación que deben hacer suya, y seguir, esa interpretación.   Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Por el amor

  Por el amor de Dios, pues, sé cauto y no te fuerces imprudentemente en esta obra. Confía más en un alegre entusiasmo que en la simple fuerza bruta. Pues cuanto más alegremente procedas, más humilde y espiritual se hará tu contemplación. Si, por el contrario, te conduces morbosamente, los frutos resultantes serán toscos y no naturales. Por eso, sé cauto. En efecto, todo el que pretende acercarse a esta encumbrada montaña de la oración contemplativa por medio de la simple fuerza bruta, será arrojado con piedras. Sabes que las piedras son cosas ásperas y secas que hieren terriblemente cuando golpean. Sin duda que una represión morbosa dañará tu salud, pues carece del rocío de la gracia y está completamente seca. Causará, además, un gran daño a tu mente alocada, llevándola a tropezar en ilusiones diabólicas. Por eso te vuelvo a decir que evites todo impulso no natural y que aprendas a amar con alegría con una suave y dulce disposición de cuerpo y de alma. Espera con alegre y modesta finu

La falsedad

La falsedad de las pseudo-experiencias y del falso conocimiento se da de mil maneras y situaciones según las diferentes mentalidades y disposiciones de los engañados, de la misma manera que la experiencia verdadera asume muy diferentes formas subjetivas. La nube del no saber. Anónimo  La nube del no saber. Anónimo

He aquí

He aquí cómo puede insinuarse la decepción. Un joven o una joven recién iniciado en el camino de la contemplación empieza a oír hablar del deseo por el que el hombre eleva su corazón a Dios, ansiando incesantemente experimentar su amor; oye hablar también sobre la tristeza (…). Considerándose vanamente diestro y sofisticado en la vida espiritual, no tarda en comenzar a interpretar lo que oye en términos literales y materiales, perdiendo completamente de vista el sentido espiritual más profundo. Y por eso violenta locamente sus recursos físicos y emocionales más allá de toda razón. Despreciando la inspiración de la gracia y excitado por la vanidad y la presunción, fuerza su aguante tan mórbidamente que en poco tiempo se encuentra fatigado y extenuado en cuerpo y espíritu. Después siente la necesidad de aliviar la tensión creada buscando una compensación baladí, material o física, como relajación del cuerpo y del espíritu. La nube del no saber. Anónimo

Él

  Él los instruirá poco a poco hasta que sean completamente uno en la plenitud de su amor; esa plenitud posible en la tierra con su gracia. La nube del no saber. Anónimo

Y esto

Y esto es lo que has de aprender a hacer. Has de llegar a abominar y detestar todo lo que ocupa tu mente excepto a Dios, pues todo es un obstáculo entre él y tú. Apenas si te ha de extrañar el que llegues a odiar el pensar sobre ti mismo en vistas a tu mayor comprensión del pecado. Esta mancha fétida y detestable llamada pecado no es sino tú mismo, y aunque no lo consideres con todo detalle, ahora sabes que es parte y parcela de tu mismo ser y algo que te separa de Dios. La nube del no saber. Anónimo

Sé cauto

Sé cauto al vaciar tu mente y tu corazón de todo excepto de Dios durante el tiempo de esta obra. Rechaza el conocimiento y la experiencia de todo lo que es inferior a Dios, dejándolo bajo la nube del olvido. Y has de aprender también a olvidar no sólo a toda criatura y sus obras sino también a ti mismo, juntamente con cuanto has hecho por el servicio de Dios. Pues un verdadero amante no sólo quiere a su amado más que a si mismo sino que en cierto sentido se olvida de si mismo en relación al único que ama. La nube del no saber. Anónimo

Por eso

  Por eso te digo, una vez más, eleva tu corazón con un ciego impulso de amor, consciente ora del pecado, ora de Dios, deseando a Dios y detestando el pecado. A este lo conoces demasiado bien, pero tu deseo tiende hacia Dios. Pido que el buen Dios venga en tu ayuda, pues al llegar a este punto le necesitarás muchísimo. La nube del no saber. Anónimo

Ojalá yo pudiera

¡Ojalá yo pudiera estar siempre preocupado y ser fiel a la obra del amor en mi corazón! Dudo que entonces me preocupase mucho de mi comida, bebida, sueño y conversación. Pues ciertamente se consigue antes moderación en estas cosas por despreocupación de las mismas que a través de una introspección angustiosa, como si esta ayudara a determinar la medida adecuada. Con seguridad nada de lo que haga o diga puede realmente conseguirlo. Que otros digan lo que quieran; la experiencia es mi testigo. La nube del no saber. Anónimo

Quizá

  Quizá estés preguntándote ahora cómo determinar la medida adecuada en la comida, la bebida, el sueño y demás. Te contestaré brevemente: conténtate con aceptar las cosas según vienen. Si te entregas generosamente a la obra del amor, estoy seguro de que sabrás cuándo has de comenzar y terminar cualquier otra actividad. No puedo creer que una persona entregada con toda su alma a la contemplación pueda errar por exceso o por defecto en estos asuntos externos, a menos que sea una persona que siempre yerre. La nube del no saber. Anónimo

Por amor de Dios

Por amor de Dios, evita, pues, la enfermedad en cuanto te sea posible, a fin de que no seas responsable de una enfermedad innecesaria. Te hablo seriamente cuando digo que esta obra exige una disposición relajada, sana y vigorosa tanto de cuerpo como de espíritu. Por amor de Dios, disciplínate en el cuerpo y en el espíritu a fin de mantener tu salud el mayor tiempo posible. Pero si, a pesar de tus mejores esfuerzos, la enfermedad te domina, sé paciente en soportarla y espera con humildad la misericordia de Dios. Esto basta. En efecto, tu paciencia en la enfermedad y en la aflicción puede ser a menudo más grata a Dios que los tiernos sentimientos de devoción en tiempos de salud. La nube del no saber. Anónimo

Has de darte cuenta

Has de darte cuenta, en efecto, de que en esta vida te será imposible continuar en esta obra con la misma intensidad durante todo el tiempo. La enfermedad, los achaques del cuerpo y del espíritu y otras innumerables necesidades de la naturaleza te dejarán indispuesto y apartado de sus alturas. Al mismo tiempo, sin embargo, te aconsejo que te mantengas siempre con buen ánimo y si quieres, con alegría.  La nube del no saber. Anónimo