Y esto

Y esto es lo que has de aprender a hacer. Has de llegar a abominar y detestar todo lo que ocupa tu mente excepto a Dios, pues todo es un obstáculo entre él y tú. Apenas si te ha de extrañar el que llegues a odiar el pensar sobre ti mismo en vistas a tu mayor comprensión del pecado. Esta mancha fétida y detestable llamada pecado no es sino tú mismo, y aunque no lo consideres con todo detalle, ahora sabes que es parte y parcela de tu mismo ser y algo que te separa de Dios.

La nube del no saber. Anónimo

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría