La tristeza

La tristeza es buena porque pertenece en esencia a la madurez del hombre, como trabajo, como elaboración de experiencia de pérdida.  

La melancolía , en cambio, como compasión de uno mismo , resulta infructuosa. Cuando no puede satisfacer sus deseos, el hombre se refugia en la autocompasión. En el fondo, en la melancolía se ocultan con frecuencia deseo inmoderados. Porque no soy el mayor, dejo de luchar y me refugio en la melancolía. 

El triste puede llorar, sus lágrimas pueden ablandar el alma endurecida y hacer la fructificar. Las lágrimas del que está triste pueden convertirse en lágrimas de alegría. 

La melancolía no puede llorar. Es deplorable, se baña a sí misma en la autocompasión. Para Evagrio la melancolía consiste principalmente en depender infructuosamente del pasado. Uno se imagina sentimientos que tuvo anteriormente en casa, con los padres, la protección, el vivir sin preocupaciones, etc. Por más bueno que sea a veces ocuparse del pasado para mejorarlo y experimentarlo como raíz del presente, nos ayuda muy poco mirar constantemente al pasado y orientarnos hacia él. Para Evagrio es sobre todo peligroso eludir la realidad presente para refugiarse en el pasado, que definitivamente se ha ido y ya no volverá más. Del pasado podemos ciertamente aprender mucho. Pero cuando se convierte en fuga de las dificultades presentes, entonces nos impide acometer las tareas actuales y así madurar.

Anselm Grun OSB . La sabiduría de los padres del desierto.


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