En nuestro catecismo
En nuestro catecismo admitimos que Dios está en todas partes, pero luego decimos que Jesucristo es Dios, y a menudo usamos este misterio para localizar y antropomórfizar a Dios. Es cierto que Jesucristo es Dios, pero sigue siendo el Incognoscible, el Incomprensible, el No-localizable. A pesar de su Encarnación y de su Evangelio, no conocemos su voluntad como conocemos un plan de cualquier gobierno. A pesar de su Encarnación permanece escondido y a pesar de la claridad del Evangelio su voluntad solo se conoce en la incertidumbre de una búsqueda continua.
Franz Jalics. El encuentro con Dios
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