El agua caliente

Así como el agua caliente, no estando cubierta, fácilmente pierde calor, y como las especies aromáticas, desenvueltas, van perdiendo la fragancia y fuerza de su olor, así el alma no recogida en un solo apetito de Dios, pierde el valor y vigor en la virtud. 
San Juan de la cruz. Subida al monte Carmelo 

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