Podremos pasar por distintas experiencias y estados dolorosos, pero si recibimos la divina inspiración, ésta siempre estará con nosotros: a veces bajo la forma de una dulce paz, a veces con una llama ardiente, a veces como un torrente de pensamientos luminosos, a veces como alegre llanto en la oración, y también bajo otras formas parecidas. No existe nada comparable en el mundo, salvo lo que procede de Él. La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría