Si pudiésemos

Si pudiésemos comprender que el problema no es que el resultado de nuestros proyectos o acciones sea bueno, funcione bien, sino en OFRECER, todo sería mucho más sencillo: nuestras miserias, nuestros sufrimientos, nuestros defectos, nuestros mismos pecados, hasta esos días en los que tenemos la impresión de haber fracasado. La materia de un sacrificio no hace falta que sea noble, basta que sea OFRECIDA. En vez de OFRECER un día perfecto (¿qué significa eso?) OFRECEMOS un día lamentable. ¿Qué importa, con tal de que se OFREZCA? Dios puede hacer lo que quiera con el menor instante de nuestra vida si nosotros estamos decididos a OFRECERSELO tal como es.

La Oración del corazón . Jean Lafrance 

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