Enciérrame

Enciérrame en tu voluntad, Dios mío, encarcélame en tu amor y en tu sabiduría, tráeme hacia Ti. Jamás haré nada cuando el motivo más imperioso para hacerlo sea únicamente mi propia satisfacción. Deseo tu voluntad y tu amor. Me entrego ciegamente a Ti. Confío en Ti. ¿Realmente deseas para mí la soledad? Entonces, condúceme a ella y purifica el proceder de mi voluntad y de mis deseos. Confío ciegamente en Ti. Quiero estar cerca de Ti, sean cuáles sean mi oscuridad y mis miedos. Enséñame a hacer todas las cosas a tu ritmo y a tu estilo.

Thomas Merton. Diálogos con el silencio

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría

El patriarca Atenagoras