Hambre

Jesús siente hambre por nosotros, como nosotros sentimos hambre de él. Hermanos de la Palabra, esforzaos por descubrir que la palabra ha de encarnarse antes que nada en vuestra vida, viviendo siempre entre vosotros en el amor, en la unión, en la paz, la alegría; solo entonces estaréis con capacidad de entregarla a los espiritualmente más pobres, de comunicarla a aquel hombre que está sediento en el parque, absolutamente solo y embriagado.
Teresa de Calcuta. Mis oraciones

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