Comprender las Escrituras

A continuación voy a describir brevemente cinco aspectos de la vida espiritual que considero esenciales:
Comprender las Escrituras: El rechazo de las sagradas escrituras por parte de mentes racionalistas cerradas es una de las peores heridas autoinfligidas de nuestra cultura. Sólo es igualado por la herejía contemporánea de una interpretación literalista, que es tan simplista como ciego es el enfoque racionalista. Recuperar el interés y el sentido espiritual de las Escrituras es una prioridad para el diseño de los programas educativos, pero requiere una re-estimulación de nuestras capacidades perceptivas, necesarias para despertarnos.
Participar en la Eucaristía: No sólo "acudiendo a la iglesia", sino compartiendo la koinonía (comunión eclesial) y el compañerismo del ritual místico que se realiza allí. Cada iglesia tiene su propio enfoque para la Eucaristía. Muchas personas consideran hoy en día los rituales religiosos carentes de sentido, sólo consideran beneficiosos aquellos que les resultan más novedosos y exóticos. Nuevamente, para que pueda restaurarse el sentido sacramental, es necesario un despertar previo de los sentidos espirituales.
Atención plena hacia la muerte: Toda tradición de sabiduría considera esto una práctica valiosa. Sin embargo, desafía la negación endémica a la muerte que tenemos en nuestra cultura. Esta negación explica la forma en que por un lado nos entretiene la violencia en el cine y por otro, nos resulta tan difícil reconocer que nuestro último aliento. . . .no sea un fracaso, sino que pueda ser bienvenido y aceptado.
Pequeños actos de amabilidad:Cuando a John Main le preguntaron una vez, cuál era la mejor manera de prepararse para la meditación, esto fue exactamente lo que respondió. Una sonrisa o un gesto educado que ofrecemos, según vamos desviando la atención de nosotros mismos hacia los demás, puede transformarnos a nosotros y a ellos, en ese preciso momento. A otra escala, debemos aplicar esto a nuestra labor por a justicia y la paz, por el alivio del sufrimiento o por la educación de los jóvenes. Todo lo que hacemos puede resultar "pequeño". Es obvio que no podemos salvar al mundo entero con lo que hacemos. Pero todo lo que hacemos marca la diferencia.
Repetición de la palabra sagrada: Esto, como decía Juan Casiano, recoge todas las emociones de la naturaleza humana y nos ayuda a adaptarnos a cada situación. Es un acto Eucarístico porque, como la Eucaristía, revela y celebra la presencia real. Despierta el deseo por acercarnos a las sagradas escrituras, que pueden iluminar cada una de nuestras experiencias otorgándolas la importancia que tienen en nuestras vidas. La repetición del palabra sagrada nos ayuda a llegar a la raíz de cualquier miedo, incluso el miedo a la muerte, porque nos facilita vivir en el momento presente y ello incluye la atención continua a la muerte. La muerte y la resurrección son aspectos del momento. Finalmente, es un acto de la más pura bondad hacia nosotros mismos. Y al hacer que nos sintamos mejor con nosotros mismos, nos libera y nos impulsa a amar a los demás.

Carla Cooper. Traducido por Comunidad Mundial De Meditación España

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría

El patriarca Atenagoras