Que todos sean uno

Que todos sean uno; como Tú, Padre, estás en mi y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste. Yo les di la gloria que Tú me diste, para que sean uno como lo somos nosotros. Yo en ellos y Tú en mí, para que sean plenamente Uno (Juan 16, 21-23).

Nosotros sólo seremos uno con Dios si, como Jesús, tenemos el coraje de descender a los abismos de nuestra alma y hacer que todo se empape del Espíritu y del amor de Dios. Entonces, en el fondo de nuestra alma, llegaremos a ser uno con Dios.

Anselm Grün. Las bienaventuranzas un camino de plenitud

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