Maranatha

En una ocasión participó de nuestros grupos una anciana irlandesa. Yo, en su momento, le expliqué lo que tenía que hacer. Hablando al grupo, les dije que la palabra para rezar que recomendaba era "Maranatha". Lo recomiendo porque es una palabra aramea, el lenguaje que hablaba Jesús, y porque tal vez sea la oración más antigua de la Iglesia. San Pablo finaliza la  Primera Carta a los Corintios con esta palabra. Juan finaliza el Apocalipsis  con ella, y puede ser encontrada en el Deuteronomio. A lo largo de La nube del no saber, el autor nos anima a elegir una palabra que tenga pleno significado; pero que, una vez elegida, nos apartemos del significado y sus asociaciones, para escucharla como un sonido. Desde ese punto de vista, "Maranatha" es perfecta.
De todas maneras, esta buena señora escuchó todo lo dicho y luego participó de nuestra oración. Cuando finalizó nuestro silencio, ella me dijo: "Oh padre, me pasó algo terrible cuando entré en el salón de oración: ¡me olvidé de la palabra!". Y continuó: Me senté y pensé, ¿cómo puedo orar si no tengo la palabra? Pero padre, Dios es bueno, lo recordé unos minutos después: 'Macooshla, Macooshla"'.
John Main OSB. Silencio y quietud

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