Orar es...

Orar  es, de muchas maneras, un acto sacrificial. Nos entregamos, nos ofrecemos,  a Dios abandonando  todo lo que somos y simplemente  recitamos nuestro  mantra.  Éste es al mismo tiempo el desafío y la fuerza para enfrentarlo. Requiere nuestra confianza, y debemos aprender a confiar absolutamente. Lo que averiguamos a partir de nuestra propia experiencia es que cuando confiamos fielmente, el chorrito de vida se convierte en un torrente. Nuestro acto de confianza derriba las barreras de nuestro propio ego. Como descubrimos en nuestro  propio proceso de peregrinación,  éste es solamente un principio. Como dice San Pablo, "comenzamos en la fe, continuamos en la fe y arribamos a la fe".
Nuestra vida cristiana, la fuerza de la vida de Cristo en nuestro interior, está en continua expansión y creciendo constantemente en nuestros corazones. La oración es una entrada a la proximidad de Dios. Dios puede ser encontrado en nuestros corazones. Y cuando oramos, entramos en Su espacio infinito. Al orar, descubriremos por nosotros mismos, que la oración es una entrada al interior de este vasto y silencioso espacio. Desde ese silencio, Dios contesta nuestras preguntas,  Dios contesta los anhelos de nuestro  corazón simplemente con amor. Su amor es nuestra esperanza, nuestra inquebrantable confianza en que, cualquiera sea la dificultad, cualquiera sea el desafío, podremos enfrentarlo a partir de los infinitos recursos que Él nos da. Todo nos es dado desde el interior de nuestro propio silencio. Sólo deberemos permitir que el misterio nos circunde.
John Main OSB. Silencio y quietud

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría