Oh cuán presto

¡Oh, cuán presto se pasa la gloria del mundo! Pudiera Dios que su vida concordara con su ciencia, entonces hubieran estudiado y leído bien. ¡Cuántos perecen en este siglo por su vana ciencia, que cuidanpoco del servicio de Dios! Y porque eligen ser más grandes que humildes, por eso se hacen vanos en sus pensamientos. Verdaderamente es grande el que tiene gran caridad. Verdaderamente es grande el que setiene por pequeño tiene en nada la más encumbrada honra. Verdaderamente es prudente el que todo loterreno tiene por estiércol (Flp 3,8) para ganar a Cristo. Y verdaderamente es sabio el que hace la voluntadde Dios y deja la suya.

Thomas Kempis. De la imitación de Cristo o menosprecio del mundo

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