Acuérdate


Acuérdate frecuentemente de aquel dicho de la Escritura: No se harta la vista de ver ni el oído de oír (Eclo.,1, 8). Procura, pues, desviar tu corazón de lo visible traspasarlo a lo invisible, porque los que siguen susensualidad manchan su conciencia, y pierden la gracia de Dios.

Thomas Kempis. De la imitación de Cristo o menosprecio del mundo

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