Por eso, velemos y oremos

Por eso, velemos y oremos, no se nos pase el tiempo en balde. Si puedes y conviene hablar, sean cosas que edifiquen. La mala costumbre y la negligencia de aprovechar ayudan mucho a la poca guarda de nuestra lengua. Pero no poco servirá para nuestro espiritual aprovechamiento la devota plática de cosas espirituales, especialmente cuando muchos de un mismo espíritu y corazón se juntan en Dios.

Thomas Kempis. De la imitación de Cristo o menosprecio del mundo

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