Mucha paz

Mucha paz tendríamos si en los dichos y hechos ajenos que no nos pertenecen no quisiésemos meternos. ¿Cómo puede estar en paz mucho tiempo el que se entremete en cuidados ajenos, y busca ocasiones exteriores, y dentro de sí poco o tarde se recoge? Bienaventurados los sencillos, porque tendrán mucha paz.

Thomas Kempis. De la imitación de Cristo o menosprecio del mundo

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