Consideraré

Consideré pues todas las cosas y vi que te deben el ser; que todo lo finito se contiene en ti no como en un lugar, sino abarcado, como en la mano, por tu verdad. Todas son verdaderas en la medida en que algo son y, en ellas no hay falsedad sino cuando nosotros pensamos que son lo que no son. Y vi que cada cosa está bien en su lugar y también en su tiempo y que tú, eterno como eres, no comenzaste a obrar sólo pasados largos espacios de tiempo; pues todos los tiempos, los que ya pasaron y los que van a venir, no vendrían ni pasarían sino porque tú obras y eres permanente.

San Agustín. Confesiones

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