Consideraré

Consideré todo cuanto existe debajo de ti y encontré que ni absolutamente son ni absolutamente no son. Son, pues existen fuera de ti, pero no son, por cuanto no son lo que tú eres. Porque verdadera y absolutamente es sólo aquello que permanece inconmutable. Entonces, bueno es para mí adherirme a mi Dios (Sal 72, 28); pues si no permanezco en El tampoco permanezco en mí. Y El, permaneciendo en sí mismo renueva todas las cosas (Sb 7, 27). Y Señor mío eres tú, pues no necesitas de mí (Sal 15,2).


San Agustín. Confesiones

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría