En ti mismo no hay, en absoluto, mal alguno. Pero tampoco en el conjunto del universo, pues fuera de ti nada hay que pudiera irrumpir en él y perturbar el orden que tú le impusiste. Sin embargo, en las partes singulares del mundo hay elementos que no convienen con otros y por eso se dicen malos; pero esos mismos tienen conveniencia con otras cosas y para lelas, son buenos, además de que son buenos en sí mismos. Y todos los elementos que entre sí no concuerdan tienen clara conveniencia con esta parte inferior del mundo que llamamos "tierra" la cual tiene porque así es congruente, su cielo lleno de vientos y nubes. Lejos de mí el decir que sólo estas cosas existen. Pero si no viera yo ni conociera más que éstas, de ellas solas tendría motivo para alabarte. Porque manifiestan que eres laudable, en la tierra, los dragones y los abismos, el calor y el frío, el hielo, la nieve y el granizo y el terrible soplo de las tempestades, que obedecen a tu palabra. Que alaben siempre tu Nom...