No debemos poner nuestras miras en semejante recompensa ni contemplarla nunca, y el ojo jamás habrá de fijarse, aunque fuera por una sola vez, en si ganamos o recibimos algo fuera del amor a la virtud. Pues, cuanto menos atados estemos a la posesión, tanto más nos pertenecerá, como dice San Pablo, [este hombre] noble: «Debemos tener como si no tuviéramos y, sin embargo, poseer todas las cosas» (Cfr. 2 Cor. 6, 10). No tiene propiedad quien no apetece ni quiere tener nada, ni en sí mismo, ni con respecto a todo aquello que se halla fuera de él, ah sí, y ni siquiera en lo que a Dios y a todas las cosas se refiere. Tratados y sermones. Maestro Eckhart

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría