Deja la conciencia de tu ser, desnuda de todo pensamiento sobre sus atributos, y tu mente totalmente vacía de todo detalle particular relativo a tu ser o a cualquier otra criatura. Tales pensamientos no pueden satisfacer tu necesidad presente, tu ulterior crecimiento, ni te pueden llevar a ti o a otros a una mayor perfección. Abandónalos. En verdad, estas meditaciones te son ahora inútiles. Pero esta conciencia global de tu ser, concebida en un corazón indiviso, satisfará tu necesidad presente, tu ulterior crecimiento, y te llevará a ti y a toda la humanidad a una perfección más alta. Créeme, supera el valor de cualquier pensamiento particular, por sublime que sea. El libro de la Orientación Particular. Anónimo

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