Ser como niños

La forma en que nuestra tradición nos enseña a acercarnos a esta autorrevelación de Dios consiste en ser como niños, humildes, sin pensar, analizar o razonar. Esto lo alcanzamos por medio de la cons­tante y simple repetición de nuestra palabra. Entonces, para orar, necesitamos sentamos en quietud con la espalda erguida. Al principio podrán querer rascarse la nariz o la oreja, pero deberán dejar todo de lado. Simplemente, siéntense en quietud. Luego deberán aprender a repetir vuestra palabra.
Descubrirán, cuando avancen en la práctica, que estarán repitiendo el mantra en un nivel, mientras que en otro nivel habrá pensamientos dando vueltas por debajo y por encima de vuestra palabra. Ignórenlos a todos. Repitan su oración. Éste es el arte de la oración: repetir la palabra en el ojo silencioso de la tormenta.
El misterio de la oración  es que somos conducidos a experi­mentar la quietud de la unidad por medio de la palabra, que es corno el sonido armonioso de Dios en nuestros  corazones. Nos  conduce a una experiencia de unidad (unidad dentro  de ti mismo, cuerpo y espíritu, y unidad con toda la creación). Cuando te sientes a orar, estarás ocupando tu lugar en el universo y la oración te conducirá a experimentar personalmente que Dios es el centro del universo. Es allí a donde te conducirá suavemente tu práctica diaria (y la práctica diaria es esencial).
No pueden aprender a orar leyendo libros sobre oración o escuchando charlas sobre el tema. Sólo podrán aprender  a orar, meditando, todos los días, cada mañana y cada tarde. No se desani­men. Para comenzar, descubrirán que se saltarán una mañana o una tarde (o un día, o una semana o un mes). Pero si han comprendido, aunque sea mínimamente, lo que implica la práctica de la oración, retornarán a ella para aprender cuán esencial es entrar en esa profun­didad de espíritu cada día de vuestra vida. La oración es libertad, libertad de espíritu, expansión del espíritu. Pero el camino es, para nosotros, hombres y mujeres modernos, sorprendente, porque es un camino de disciplina.
John Main OSB. Silencio y quietud

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