Mi principal preocupación no debería ser encontrar el placer o el éxito, la salud, la vida, el dinero, el descanso, ni siquiera la virtud y la sabiduría ( y mucho menos sus contrarios: el sufrimiento, el fracaso, la enfermedad y la muerte). En todo cuanto sucede, mi único deseo y mi única alegría debería ser saber “esto es lo que Dios ha querido para mí" . En esto se encuentra Su amor y, al aceptarlo, puedo devolverle Su amor y darme con amor a Él. Pues dándome encontraré a Aquel que es la vida eterna. Thomas Merton OSB. Nuevas semillas de contemplación

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