La oración es un proceso simple y natural

La oración es un proceso simple y natural. Es el proceso que nos revela como seres reales, abiertos sinceramente  al Espíritu  de Jesús que habita en nuestros corazones. Esta revelación sobreviene cuando renunciamos, y nos apartamos, de las manifestaciones externas de nuestra conciencia, tales como los pensamientos, las palabras y las imágenes, para movernos, en cambio, en el nivel de la propia conciencia. Hacemos silencio porque habremos entrado completamente en el Otro. En este silencio libre y plenamente consciente, nos abrimos naturalmente  a la Palabra que procede de ese silencio. Ésta es la Palabra de Dios por la que somos llamados a la existencia, y por medio de la cual somos pronunciados por el Creador.

Ésta es la Palabra viva en nuestro interior. Nuestra fe nos dice que estamos totalmente incorporados  en esta Palabra, pero que es necesario conocerla completamente, en la altura, la profundidad y el aliento de nuestro espíritu, conocerla aunque esté más allá del conocimiento. El silencio nos trae a este conocimiento, que es tan simple, que ningún pensamiento o imagen puede contenerlo o representarlo. Al renunciar al yo, entramos en el silencio y nos enfocamos en el Otro. La verdad nos es revelada al ser en armonía con el Otro. Como decía un poeta sufi: "Vi a mi Señor con el ojo del corazón y dije: '¿Quién eres tu Señor?' 'Tú mismo, respondió"'.



John Main OSB. Silencio y quietud

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