Porque Tú

Porque tú, Señor, eres grande, pones los ojos en las cosas humildes y a las grandes las miras desde lejos (Sb 13, 9). No te acercas sino a los de corazón contrito, ni te dejas encontrar por los soberbios por más que en su curiosidad y pericia sean capaces de contar las estrellas y conocer y medir los caminos de los astros por las regiones siderales. En estas cosas tienen los sabios puesta su mente según el ingenio que tú les diste y, de hecho, muchas cosas desconocidas han descubierto. Han llegado a predecir con antelación los eclipses del sol y de la luna; en qué día y a qué hora y en qué grado iban a acontecer y no se engañaron en sus cálculos, pues todo sucedió como lo habían predicho. Escribieron luego sobre las leyes descubiertas y eso se lee hasta el día de hoy y sirve de base para anunciar en qué año, en qué mes, en qué día y a qué hora del día y en qué grado va a faltar la luz del sol o de la luna y tales predicciones resultan acertadas.

San Agustín. Confesiones

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