Pero yo...

"Pero yo, dice el Verbo, no me retiro ni cedo mi lugar". Aposenta en El tu mansión, alma mía, ahí encomienda todo lo que tienes, aun cuando no sea más que por la fatiga de tanto engaño. Encomienda a la Verdad todo lo que de ella has recibido, segura de que nada habrás de perder: florecerá en ti lo que tienes podrido, quedarás sana de todas tus dolencias. Lo que hay en ti de fugaz y perecedero será reformado y adecuado a ti; las cosas no te arrastrarán hacia donde ellas proceden, sino que permanecerán contigo y serán siempre tuyas, en un Dios estable y permanente.
San Agustín. Confesiones

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría