Pacientes y fieles

Si son pacientes y fieles (y la oración  les enseñará a serlo), la oración los conducirá a reinos de silencio cada vez más profundos. Es en el silencio que somos conducidos al misterio del silencio eterno de Dios. Esto es lo que nos dice San Pablo en una de sus cartas, escrita a los Efesios, cuando les cuenta -a personas que no son diferentes de nosotros- cuál es la promesa de la vida cristiana.
“Vino a anunciar la paz; paz a ustedes que estaban lejos y paz a os que estaban cerca. Pues por Él unos y otros tenemos libre acceso al Padre en un mismo Espíritu “
De eso se trata la oración: acceso al Padre en el Espíritu único, el Espíritu que habita en vuestro corazón y en mi corazón, el Espíritu que es el Espíritu  de Dios. La oración cristiana es simplemente apertura a ese Espíritu,  en lo profundo de nuestro ser, en total sim­plicidad, en total humildad, en total amor.

John Main OSB. Silencio y quietud

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