La naturaleza

Dios se manifiesta en la naturaleza, pero al mismo tiempo la transciende como el misterio incomprensible.
En la naturaleza no sólo experimentamos el misterio de Dios maternal, que nos lleva en sus brazos y que, al igual que la madre, no nos juzga, sino que nos alimenta y nos cuida; vivimos además la experiencia de nosotros mismos de una manera nueva. Sentimos que la vida que bulle en la naturaleza está también en nosotros. Estamos llenos del espíritu de Dios, del amor de Dios, que también en la naturaleza fluye hacia nosotros. La mística cristiana no debe pasar de largo por la naturaleza, porque, como dice Bernardo de Claraval, la naturaleza es el libro en el que le leemos la sabiduría de Dios y en el que nos encontramos con su amor.

Anselm Grün OSB. La mística: Descubrir el espacio interior

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