Nos espera

 Nos espera todavía un largo esfuerzo ascético para que el don divino se desarrolle en nosotros. Y cuando este don maravilloso empieza a madurar y, por su bendito perfume, penetra en los poros de nuestro “ cuerpo de pecado “ (Rom 6,6), entonces se aleja de nosotros el miedo a la muerte y nos liberamos de la “ esclavitud “( Heb 2,15) cuyas formas son innumerables. Entonces, en la santa libertad que hemos encontrado, deseamos el bien para todos los hombres.

La Oración, experiencia de eternidad. Archimandrita Sophrony

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