Una buena voluntad
Una buena voluntad como esta es la esencia de la más alta perfección. El goce y consolaciones del espíritu y del sentido, por sublimes que sean, son meramente accidentales en comparación con ella y de ella dependen totalmente. Digo que son accidentales, porque importa poco el que una persona las experimente o no. Son contingentes a la vida en la tierra, pero en la eternidad serán elementos esenciales de la gloria final del hombre, tan pronto como su cuerpo (que las siente ahora) se una real y esencialmente para siempre con su espíritu. Pero en la tierra el meollo de toda consolación es la realidad íntima de una buena voluntad.
La nube del no saber. Anónimo
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