Espero...

Espero que veas ahora por qué es tan importante que concentremos toda nuestra energía y atención en este suave movimiento de amor en la voluntad. Con toda la reverencia debida a los dones de Dios, mi opinión es que debemos estar completamente despreocupados de los deleites y consuelos del sentido o del espíritu, por muy agradables o sublimes que sean. Si vienen, bienvenidos sean, pero no te detengas en ellos por miedo a quedarte vacío; créeme, gastarás mucha energía si te mantienes mucho tiempo en dulces sentimientos y lágrimas. Es posible, además, que comiences a amar a Dios por esas cosas y no por él mismo. Puedes saber si sucede esto o no, si te sientes aburrido e irritable cuando no las experimentas. Si hallares que este es tu caso, entonces tu amor no es todavía casto o perfecto. Cuando el amor es casto y perfecto, puede permitir que los sentidos se nutran y fortalezcan por suaves emociones y lágrimas, pero nunca se turba si Dios permite que desaparezcan. Sigue gozándose en Dios de la misma manera.

La Nube del no saber. Anónimo S. XIV

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