En amar

En amar a Dios, no hay límite ni medida, si no está sola: que le des todo cuanto tienes: efectivamente, en Cristo Jesús hay que amar a Dios con todo el corazón con toda el alma y con todas las fuerzas: por eso en este amor no hay medida ninguna. Sin embargo, en el amor al prójimo hay ciertas medidas: amarás, dice, a tu prójimo como a ti mismo. Por eso, si en el amor a Dios haces menos de lo que puedes y de lo que dan de sí tus fuerzas, o si entre ti y tu prójimo no mantienes la igualdad, sino que haces alguna distinción, entonces el amor no está ordenado en ti, pues ni siquiera guarda su propio orden.

Orígenes. Comentario al cantar de los cantares

Comentarios

Entradas populares de este blog

La alegría