La disposición

La disposición para esta unión, no es el entender del alma, ni gustar, ni sentir, ni imaginar de Dios ni de otra cualquiera cosa, sino la pureza y amor, que es desnudez y resignación perfecta del uno y del otro solo por Dios; y como no puede haber perfecta transformación si no hay perfecta pureza; y como según la proporción de la pureza será la ilustración, iluminación y unión del alma con Dios, en más o en menos;  aunque no será  perfecta, como digo, si del todo no está perfecta, y clara y limpia.

San Juan de la Cruz. Subida al monte Carmelo

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